Agustín Yanel
Habrá muchas personas convencidas de que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil registró la sede nacional del PSOE, el 20 de junio, en busca de pruebas de presunta corrupción en la investigación sobre el exsecretario de Organización socialista Santos Cerdán. Han leído la palabra «registro» en los titulares de algunos diarios o la han escuchado en la radio y, además, por televisión han visto entrar a los agentes. Pues no es verdad. No han realizado un registro, aunque así hayan titulado muchos medios: fueron a copiar los correos electrónicos enviados y recibidos por Santos Cerdán desde su cuenta del partido, lo hicieron y se marcharon.
Cuando un juez ordena la «entrada y registro» en un domicilio, una empresa u otro lugar cerrado, por ejemplo la sede de un partido político -como hizo el magistrado del Tribunal Supremo Marino Barbero en noviembre de 1992, en la investigación del caso Filesa-, la policía judicial acude sin previo aviso, con la orden en la que el juez explica por qué ha acordado ese registro. Los agentes entran, acompañados por el secretario del juzgado o tribunal, y registran las dependencias, muebles, cajones y otros lugares en busca de pruebas para lo que se investiga.
Entraron en el PSOE a copiar los correos electrónicos de Santos Cerdán
Nada de eso ocurrió en la sede del Partido Socialista en la madrileña calle de Ferraz, porque el magistrado del Tribunal Supremo Leopoldo Puente, que investiga este caso, no ordenó un registro, en contra de lo que dicen y reiteran en el PP. Lo que acordó fue requerir al PSOE a que permitiera entrar a los agentes de la UCO para que copiaran el contenido del correo electrónico de Santos Cerdán.
Lo que muchos medios de comunicación no han contado -algunos sí- es que las siete acusaciones particulares que intervienen en este caso -PP, PSOE, Vox, Manos Limpias, Abogados Demócratas por Europa y otras-, habían solicitado al magistrado que acordara la entrada y registro en la sede del PSOE y en el domicilio de Santos Cerdán, y él lo denegó porque «no se considera útil en este momento».
En el mundo periodístico, al hablar del periodismo sensacionalista y con poca credibilidad se suele decir esta frase: «No dejes que la verdad te estropee un buen reportaje». En este caso, el PP la ha hecho suya: para que la verdad de lo que ha ordenado ese magistrado no le estropee su estrategia contra el Gobierno y el PSOE, los dirigentes populares y el partido en sus redes sociales y sus webs se han dedicado a hablar del «registro» en la sede socialista. Lo mismo que han hecho muchos medios de comunicación en sus titulares.
El PP insinuó que destruían pruebas, pero era material publicitario para el Orgullo 2025
Con su estrategia de difundir por las redes sociales cualquier afirmación que vean en un medio de comunicación y sea perjudicial para el Gobierno y el PSOE, en el PP han hecho el ridículo. El 19 de junio, el digital OKdiario publicó una información con este titular: «Un camión se lleva decenas de cajas precintadas de la sede del PSOE en pleno escándalo por la corrupción». El PP se apresuró a lanzar por su cuenta oficial en la red X un mensaje en el que daban por hecho que los socialistas estaban destruyendo pruebas. «Ni toda la basura de la sede del PSOE cabe en un camión ni todos los corruptos del PSOE caben en un coche patrulla. No os esforcéis: en destruir pruebas. Vuestro final es inevitable».
Si en el PP hubieran leído esa información íntegra habrían comprobado que, según se indicaba en el texto, esas cajas llevaban el nombre una empresa dedicada a la «comercialización y distribución de prendas textiles promocionales personalizadas y otros complementos». El PSOE respondió con otro mensaje en el que mostró el contenido de las cajas y aclaró que era material publicitario para la fiesta del Orgullo 2025 que iba destinado a distintas sedes del partido en España. «Entendemos las sospechas de los que destruyeron sus discos duros a martillazos, pero esto solo es merchandising del Orgullo 2025. Esperamos que rectifiquéis el bulo @ppopular», afirmaron los socialistas. Como era de esperar, el PP no ha rectificado.
La crispación política y el periodismo de trinchera
La crispación y polarización de la vida política ha contagiado a buena parte del periodismo. Ya hace tiempo que hay medios y periodistas que practican un periodismo de trinchera. Como si estuvieran en una guerra, se han situado de parte de uno de los dos bandos contendientes y les vale todo para disparar contra el contrario: exagerar, forzar titulares para llamar más la atención, tergiversar la realidad y, si lo necesitan para sus intereses no profesionales, algunos incluso mienten.
Lo que investiga la Justicia en este caso es muy grave y debe recaer todo el peso de la ley sobre quienes resulten culpables de algún delito. El PSOE y su secretario general, Pedro Sánchez, tienen que ser implacables contra cualquier tipo de corrupción. La oposición está obligada a criticarles si no lo son y a exigir explicaciones. Pero no todo vale para intentar que caiga el adversario político: la mentira y la manipulación de la realidad no son aceptables en democracia.