César del Río
Mientras el padre Christopher, misionero toledano, sigue predicando en el desierto, que es poco menos que decir donde nadie le escucha (y nunca mejor dicho porque él está entre dunas en Etiopía, pero no precisamente en un viaje de placer y sin retorno) y a su alrededor mueren los desheredados, los desarrapados y los desprotegidos de la mano de Dios, no digamos ya de la humanidad (sus cartas desde el paraíso deshabitado son realmente brutales); hay un grupo de toledanos en Haití, donde la miseria es miserable de verdad, que tratan de reconstruir el hospital de la capital, Puerto Príncipe, donde una tirita es como para nosotros lo más parecido a una dosis de morfina.
Son algunas de las historias del verano que, más allá de la política, también existen…
El estío nos aplatana, pero no más de lo que lo han hecho nuestros políticos, quienes después de hacernos pasar por las urnas en dos ocasiones en apenas seis meses, para que luego digan algunos de ustedes qué es eso de la democracia, ahora están de nuevo liados para ver si se deciden a elegir presidente o marean la perdiz (tronchá de risa está ya de tantas vueltas que la han dado) hasta dejarnos turulatos y nos llevan a unas desesperantes terceras elecciones, más de lo mismo, en las que, ya les aviso, yo no pienso ni acercarme a votar.
España está en funciones, señoras y señores…
Mientras, nos enteramos de que uno de cada tres jóvenes de entre 15 y 24 años de Toledo (sirva para el resto de la comunidad cifra más arriba o más abajo, y seguro que en España) ha consumido hachís y el 43,5 por 100, casi uno de cada dos, ha hecho lo mismo con la marihuana. Pero quizás lo más preocupante es que 9 de cada 10 jóvenes toledanos han consumido o consumen alcohol y el 8 por 100 de ellos conduce ras haber bebido alcohol u otras drogas.
Realmente espeluznante.
Aprovechen la playa y refrésquense la cabeza, que a la vuelta del verano…
@CesardelRioPolo
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