viernes, 3 de mayo de 2024
22/12/2016junio 6th, 2017
César del Río César del Río

Los casos de abusos sexuales a menores que salen a la luz muchos años después de que se produzcan dejan, en la mayoría de los casos, la terrible frase de… «Todos lo sabían y nadie hizo nada». Y a partir de ese momento empiezan a salir testimonios de personas que también vieron ultrajada su intimidad, y algo más, por parte del supuesto abusador.

El último ejemplo que ha llamado la atención ha sido el de un entrenador de atletas, de reconocido prestigio en ese mundo, y que presuntamente tiene una lista tras de sí de abusos sexuales que como se demuestren ciertos va a pasar unos cuantos años pensando entre rejas. Pero como de cara a los demás era una bellísima persona, pues lo mejor era taparlo a ojos del gran hermano. Como si tratando de esconderlo, de meterlo debajo de la alfombra haría que cayera en el olvido. Realmente impresionante.


A saber cuántas veces y en qué lugares ha sucedido en esta España nuestra.

El silencio, cuando se trata de situaciones como éstas, es una vergüenza, venga de donde venga, salvo el de las víctimas, porque bastante tenían ellas. Y ahora removerá muchas conciencias de aquellos que prefirieron pasar por alto tal ignominia con la famosa omertá, que ésta no solo sirve para la mafia.

Caso contrario es el valor de quienes ahora, muchos años después, ya adultos, tienen que revivir lo que sufrieron. Con valentía y enfrentándose a muchos fantasmas, entre otros el de recordar con pelos y señales lo que les ocurrió.

30 años después regresa el fantasma y poco a poco todo sale a la luz. Incluido un medallista olímpico que ha hecho que el caso saltara a los medios de comunicación nacionales.

Así estamos. Así nos va.

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es

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