
El mismo día en que Alberto Núñez Feijóo anunció que convoca una concentración de protesta contra el Gobierno «mafioso» de Pedro Sánchez, la sexta desde que preside el PP, una jueza envió a prisión al que fue el número dos del Ministerio del Interior con el Gobierno de Mariano Rajoy, Francisco Martínez. Ese mismo día, el 29 de mayo, otra jueza procesó al novio de Isabel Díaz Ayuso. Fue un mal día Feijóo, otro más de los que ha tenido en los tres años que lleva al frente del Partido Popular.
Feijóo anunció esa concentración de protesta para el próximo 8 de junio en una comparecencia ante los periodistas en la que no admitió preguntas, una mala costumbre que él y otros políticos practican cada vez más. También dijo que está dispuesto a presentar una moción de censura contra Pedro Sánchez, aunque sabe que no la presentará porque no cuenta con el apoyo del PNV o Junts, que necesitaría para que prosperara. ¿Cómo pretende que esos partidos le apoyen, si quiere ilegalizarlos Vox, al que el PP está haciendo muchas concesiones en las comunidades autónomas donde gobierna para poder aprobar los presupuestos?
Ningún miembro del Gobierno está imputado en un proceso judicial
Ningún miembro del Gobierno está imputado en un proceso judicial. Sí lo esta José Luis Ábalos, que fue ministro de Fomento, secretario de Organización del PSOE y hombre de confianza de Pedro Sánchez, pero que ya no está ni en el Ejecutivo ni en el grupo socialista del Congreso. También se sentará en el banquillo el hermano del presidente, acusado de prevaricación administrativa y tráfico de influencias por su contrato con la Diputación de Badajoz para coordinar los conservatorios de música de Extremadura.
Aunque nadie del Gobierno ni del entorno del presidente está condenado, un Feijóo cada vez más escorado hacia las posturas de Vox, y también otros dirigentes del PP, ya han dictado sentencia: Pedro Sánchez está rodeado por la corrupción, el Gobierno es una mafia y él es el capo y tiene que dejar la Moncloa por «el estado de putrefacción al que nos tiene sometido el actual Gobierno», ha dicho. «La degradación es total».
Feijóo ha convocado esa concentración en la madrileña Plaza de España con el eslogan «Mafia o democracia». Hay que tener una cara más dura que el cemento armado para acusar desde el PP a otro partido de mafioso. La historia de un partido político no se borra cuando llega un nuevo líder, y la historia del PP sí tiene unas cuantas actuaciones de tinte mafioso. Y sentencias condenatorias. No son responsabilidad de Feijóo, desde luego, pero no debe olvidarlas y debería tenerlo en cuenta antes de hablar de mafia.
Pedro Sánchez ganó la moción de censura contra Mariano Rajoy, hace hoy siete años, por los casos de corrupción que afectaban a dirigentes del PP. Núñez Feijóo se muestra dispuesto a presentar una moción de censura contra Sánchez sustentándola también en los casos de corrupción que, según dice, afectan al presidente y al Gobierno.
La condena al PP y a empresarios, alcaldes y concejales del partido
Pero Feijóo olvida, o no quiere tener en cuenta, que existe una diferencia fundamental entre la situación de entonces y la de hoy: la Justicia había condenado en el llamado caso Gürtel a empresarios, cargos del PP (una exministra, alcaldes, concejales y otros) a severas penas de cárcel y cuantiosas multas, por financiar con facturas falsas y otros métodos ilegales campañas electorales del PP. Y había condenado también al propio partido como beneficiario a título lucrativo. Hasta ahora, ni el PSOE ni nadie del Gobierno han sido condenados; el PP sustenta sus acusaciones de mafia en lo que vienen publicando varios medios de comunicación.
Antes de acusar de prácticas mafiosas al actual Gobierno, Alberto Núñez Feijóo debería recordar la llamada «policía patriótica» del ministerio del Interior del Gobierno de Rajoy, que investigó a diputados de Podemos y a políticos independentistas, y fabricó pruebas falsas contra varios, un caso en el que está imputado el que era ministro, Jorge Fernández Díaz; o las amenazas de Miguel Ángel Rodríguez, y estas si son mafiosas, a elDiario.es: «Os vamos a triturar, vais a tener que cerrar. Idiotas. Que os den», les dijo. O las condenas a varios ministros de la época de José María Aznar. Y unos cuantos casos más.
El 29 de mayo, cuando anunció la concentración de protesta, Alberto Núñez Feijóo afirmó: «Un país de trabajadores no se merece a tanto sinvergüenza». A él hay que decirle que este país y los votantes del PP no se merecen a un líder de la oposición que acusa al Gobierno con tanta frivolidad y sin un fundamento sólido. Debería hacer una oposición seria y criticar a Pedro Sánchez y a su Ejecutivo con argumentos sólidos, que los hay, no con eslóganes para titulares y con noticias de prensa.