martes, 16 de abril de 2024
12/03/2012junio 14th, 2017
César del Río César del Río

Mucho tiempo queda para las elecciones de 2015 y por lo escuchado en las dos últimas semanas, las que van del finde del 25 y 26 de febrero a esta parte, parece que estamos metidos de lleno en la salsa preelectoral con la que nos «sorprenden» los políticos cada vez que se acercan unos comicios en los que se acuerdan de nosotros bastante más que nunca. Desde que se acabó el barredismo puro y duro en Castilla-La Mancha, aunque algunos erráticos resquicios quedan por ahí, la cuestión está ahora en ver quién pega el mandoble más fuerte, y si es a la remanguillé mejor, si los de María Dolores de Cospedal o los de Emiliano García-Page.

Los dos, los principales vencedores del último 22 de mayo, se han convertido en las únicas boyas válidas del PP y del PSOE. En las auténticas referencias para lanzar sus ataques continuados sobre uno y otro. Pero sorprende más, o no, los que se está llevando el segundo porque a la primera, la presidenta, como que estamos acostumbrados a que va en su sueldo. Así es España y es muy difícil cambiarla.


Pero tengo para mí que el nuevo secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha no va a haber semana que no se despierte con un derechazo (entiendan el término como ha de ser, no como ustedes quieran) de Carmen Riolobos, que en el cuerpo a cuerpo está en su salsa, que para eso es todavía la portavoz regional «popular» y que, pregunten lo que la pregunten, por ejemplo si el Tajo pasa por Talavera, ella responde con que Page es más malo que la quina, que mira lo que ha hecho o que vaya usted a saber por qué… ¡Pero, oiga, que esto va del Tajo…!; con una soflama de Paco Cañizares, el acertado portavoz del PP en las Cortes, para recordarle que es y representa lo mismo que Bono y Barreda; e incluso ya puestos, con un gancho de izquierdas al costado derecho (para espabilarle los votos que Page querrá arrancar por ahí) de un consejero Portavoz como Leandro Esteban que tiene el verbo fácil y que aprovechará su tribuna de los jueves cuando comparece ante los medios de comunicación para recordarle que arrieritos somos y en el camino nos encontraremos…

Lo que deja a las claras que el PSOE regional ha variado para el PP. Castigar a Barreda, dada su pobre y ruinosa gestión, era lo evidente, ahora el trueque del cromo les supondrá un cambio de táctica. Que Esteban y Vaquero, Jesús Fernández a la postre (el terremoto político de Page), se temen el uno al otro más que a un dolor…

Todo esto me recuerda a cuando llegó Cospedal a Castilla-La Mancha y empezó a recibir palos por doquier y sin ton ni son de los Barreda y cía. Sobre todo de los cía, por aquello de meter la pelotilla al jefe, que iba a ganar de sobra las elecciones. Y lo que le sobraron fueron eso precisamente, las elecciones.

Salvando las distancias, porque Page sí tiene un pasado en la región. El palo que les pegó en las municipales de Toledo ha hecho que en el PP estén ojo avizor. Por si acaso va a más en el panorama regional. Porque saben que el PSOE de Castilla-La Mancha ya no es el ejército de Pancho Villa al que otros les tenían acostumbrados. Aunque arreglarlo va a costar. Y mucho. Yo no les fío la victoria a los de Page en 2015, dicho sea de paso.

¿Qué hará Page, por ejemplo, en las Cortes regionales con la dirección de su grupo? Porque cada vez que sale uno le recuerdan su pasado. Yo haría lo mismo. Dale que te dale. ¿Qué me pide usted si dejaron esto como un erial?

Cospedal-Page, tan lejos pero tan cerca. Otro día les explicaré por qué.

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