sábado, 18 de mayo de 2024
11/11/2013junio 12th, 2017

Ocupa un puesto, presidente de la Comisión de Defensa del Congreso, en el que tiene todas las papeletas para haber sido espiado por la NSA. O similar. ¿Se siente o se ha sentido espiado alguna vez en su carrera política? Y entonces cuenta cuando descubrió tres micrófonos en su despacho de alcalde de Toledo y, de propina, le robaron su ordenador personal. Lo cuenta Agustín Conde, diputado nacional del PP por Toledo y presidente de la Comisión de Defensa del Congreso. Por cierto, le preguntamos, da la sensación de que cada vez es más fácil controlar a los ciudadanos, porque la tecnología lo permite. Y, sin embargo, es más difícil controlar al poder; de hecho, casi todos los casos de corrupción se conocen por delaciones o traiciones internas, no porque el sistema los detecte.
A ello contesta en las próximas líneas y en la entrevista que publicamos en portada.

 


Ocupa un puesto, presidente de la Comisión de Defensa del Congreso, en el que tiene todas las papeletas para haber sido espiado por la NSA. O similar.

Pues nada, tampoco se hubieran entrado de grandes secretos… Este tema de las escuchas de la NSA tiene dos facetas distintas, en mi opinión. Por una parte, está toda la recopilación masiva de comunicaciones, donde en realidad no hay nadie escuchando a nadie, simplemente un registro de datos, de llamadas, de faxes, etc., que tienen una importancia extraordinariamente vital para la lucha contra el terrorismo, porque permiten rastrear a un determinado terrorista, dónde ha estado o quiénes son las personas a las que llamaban, a quiénes llamaban estas a su vez y gracias a ello se desmantelan redes.

Y también queda grabado lo que hacemos y decimos los demás, que no representamos ninguna amenaza para la seguridad si tenemos la ocurrencia de mencionar determinadas palabras en una conversación, aunque sea en tono de humor. Sin que nos informen ni nos pregunten.

Esa que hablaba es una faceta, la otra es la del espionaje a personas concretas, como Angela Merkel. Y a mí eso no me parece leal.

“A MÍ ME ESPIÓ UN RIVAL POLÍTICO, SÉ QUIÉN, PERO HOY NO TOCA DECIRLO”

¿Se siente o se ha sentido espiado alguna vez en su carrera política?

(Respira hondo)… Yo… (Vacila)… Tuve que quitar tres micrófonos de mi despacho de la Alcaldía de Toledo. A mí me hicieron un barrido y salieron tres micrófonos de mi despacho. Hubo un robo en el Ayuntamiento de Toledo, entró alguien en el despacho del alcalde y solo faltó una cosa…

Su ordenador personal.

Justo. No se llevaron absolutamente nada más y había objetos enormemente valiosos allí. En fin… Algo hubo.

¿Sabe quién lo hizo?

Por supuesto que lo sé.

¿Lo va a contar?

(Sonríe ampliamente). Hoy no.

¿Digamos que sospecha que le espiaba un rival político?

Absolutamente.

O sea, sus sospechas se dirigen hacia el PSOE…

Hoy no toca.

“EN LOS PARTIDOS EXISTEN ÓRGANOS PARA LUCHAR CONTRA LA CORRUPCIÓN, OTRA COSA ES QUE FUNCIONEN”

Da la sensación de que cada vez es más fácil controlar a los ciudadanos, porque la tecnología lo permite. Y, sin embargo, es más difícil controlar al poder; de hecho, casi todos los casos de corrupción se conocen por delaciones o traiciones internas, no porque el sistema los detecte.

No estoy de acuerdo. Si se conocen los casos de corrupción; por cierto, bastantes en España, es una prueba de que las instituciones funcionan. Si no se supiera nada, efectivamente sería de preocupar. Pero los casos se conocen y se persiguen porque el sistema funciona. ¿A veces por delaciones internas? También, pero no solo.

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