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El exministro de Presidencia y diputado socialista Ramón Jáuregui ha considerado hoy que «la dirección del socialismo español en los próximos años corresponde a personas» como el actual líder socialista de Castilla-La Mancha y alcalde de Toledo, Emiliano García-Page.
Jáuregui ha hecho esta afirmación en Toledo, antes de inaugurar el ciclo de conferencias ‘Sociedad y Democracia’ puesto en marcha por el PSOE municipal, a preguntas de los periodistas sobre el papel que puede ocupar García-Page en el PSOE a nivel nacional.
El diputado socialista ha considerado que García-Page es «uno de los grandes valores del PSOE» y ha manifestado que le «encanta que haya personas de entre 40 y 50 años bien preparadas para dirigir el partido».
Jáuregui ha dicho que «cuando le llegue su tiempo» García-Page puede ser secretario general del PSOE y ha aseverado que personas como él, que han «cumplido los 60 años», tienen «absoluta convicción de que esa renovación tiene que hacerse».
«La dirección del socialismo español corresponde a personas como Emiliano en los próximos años», ha afirmado Jáuregui, quien ha insistido en que le ve «muy posicionado», pero ha dicho que «no es el momento y hay que esperar» porque el PSOE acaba de celebrar un Congreso.
CONFIANZA EN RUBALCABA Y SERENIDAD PARA EL PSOE
El exministro de Presidencia y diputado socialista también ha destacado hoy que, tras los últimos procesos electorales, el PSOE necesita «serenidad y unidad» y ha afirmado que la que encabeza el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, es la dirección «más adecuada, sólida y solvente».
A juicio del diputado socialista, los resultados del PSOE en las últimas elecciones del País Vasco y Galicia «son lógicos» y en la mayor parte «tienen explicaciones locales» por lo que «no hay que extrapolarlos».
Ha manifestado que tras la derrota electoral de 2011 la recuperación del partido no puede ser «instantánea» y, por ello, ha aseverado que «no es bueno para el partido ni para España que el PSOE se introduzca en un proceso de conflictividad interna».
Se ha referido a Rubalcaba y ha asegurado que la dirección es la «más adecuada, sólida y solvente», algo que creían cuando lo eligieron y continúan creyendo.
«Y con la situación que atraviesa España y con esa dirección queremos hacer la reflexión en el PSOE», ha asegurado.
Lo que va a hacer ahora el PSOE, ha explicado, es un «proceso de reflexión» para ir «poco a poco recuperando la confianza de los españoles».
El exministro ha argumentado que «hace 35 años que se aprobó la Constitución y en estos 35 años han pasado muchas cosas», entre ellas, ha enumerado, Internet, la globalización, el ser un país de emigración, la igualdad mujeres y hombres o el formar parte de Europa.
Un conjunto de cambios, ha dicho, que «reclaman una mirada modernizadora de nuestro país, una especie de gran acuerdo para adecuar nuestras instituciones a una sociedad nueva».
A su juicio, España vive «una encrucijada histórica» como consecuencia de la crisis europea, económica, política y territorial.
Sobre esta última, ha alertado de que España tenía un modelo territorial «fantástico y ejemplo para el mundo» que ahora está «asaltado» por «dos pulsos antagónicos»: uno que «quiere romper el país», el nacionalismo soberanista en Cataluña y País Vasco, y «otro centralizador del país, que dejó de creer en las autonomías».
«Tenemos un Gobierno al que se le ha ido el país de las manos en esta encrucijada tan grave», ha criticado Jaúregui, que ha explicado que el PSOE va a trabajar para «ser el partido constructor de España que fue en los 80 y en los 90».
Para ello, ha dicho preparan un decálogo de propuestas y, en este sentido, ha recordado que él mismo ha recibido el encargo de elaborar «una alternativa política modernizadora», lo que llama «agenda reformista para España».
Jáuregui ha explicado algunos de los puntos sobre los que versa este trabajo, entre ellos, la apuesta por parte del PSOE por una Europa federal que «solvente la crisis del euro y las crisis de tensión nacionalista que atraviesa la construcción europea», ante el riesgo de caer en «la pobreza general».
En clave económica, el PSOE plantea redefinir el espacio de la política económica y que Europa cambie el horizonte preeconómico, impulse el crecimiento y el Banco Central Europeo (BCE) «salve a España de los mercados sin pasar por un rescate que ahogue más al país».
Además, el PSOE apuesta por los «grandes consensos en educación y sanidad» y en el ámbito territorial aboga por «vencer la tentación extremista, separadora con un impulso federalista al estado autonómico».