«Forma parte de nuestra esencia, hay quien la cuestiona, sean como sean los tiempos, se tomó el camino correcto. Europa, en mi niñez, era la respuesta que esperábamos a los grandes problemas y bajo mi punto de vista sigue siéndolo». Así ha definido el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, la pertenencia de España a la Unión Europea, ahora que se cumple 40 años de la adhesión junto con Portugal al ente europeo.
Page ha puesto en valor que hace cuatro décadas España «no solo acertó en tomar un camino, hizo algo más, se completó en su definición como país». «Se tomó una decisión de lo que somos, somos Españoles, luego somos europeos», ha defendido en el acto titulado «Un camino compartido», que ha conmemorado los 40 años de la adhesión de España y Portugal a la Unión Europea y que se ha celebrado en el Palacio de Fuensalida, en Toledo, sede de la presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
El Palacio de los emperadores
Un acto simbólico en un lugar simbólico, dado que a él han acudido los dos presidentes que fueron artífices de aquel ingreso de los dos países del suroeste de Europa a la comunidad europea, Felipe González y Aníbal Cavaco. Además, se ha realizado en un lugar con lazos entre ambos países.
El Palacio de Fuensalida, según ha recordado Page, está presidido por el escudo de armas de Portugal, en honor a Isabel de Portugal, esposa de Carlos V. Este palacio era la sede de la corte y en él falleció la emperatriz.
«Acogió a los emperadores Carlos V e Isabel de Portugal, que falleció en estas dependencias», ha recordado Page para expresar que este lugar «evoca espíritu europeo» y reúne también una característica que los dos países, según ha expresado el presidente, aportan a la Unión Europea: convivencia, dado que los dos Estados son el ejemplo de convivencia, «no siempre pacífica», de la «tres grandes religiones del mundo».
España y Portugal, ejemplo de convivencia
Echando la vista atrás, el presidente regional ha recordado que la Unión Europea no habría estado completa hasta que no se hubiesen unido España y Portugal, y ha ejemplificado aquel momento con una definición gráfica de cómo se veía ese momento: «Entrar en Europa», no solo desde el punto de vista de una firma y una unión económica, sino como un concepto social.
«Esperanza, anhelo, paz», ha subrayado Page sobre ese momento, puesto que precisamente la Unión Europea cree que ha sido la clave para el mayor periodo de paz de la historia europea, y ha pedido que siga siéndolo, a pesar de que ahora está amenazada desde el ataque de Putin a Ucrania.
«Conviene recordarlo ahora que vuelven a campar a sus anchas muchísimos síntomas de odio al otro», ha incidido Page, para recordar palabras del Papa Francisco diciendo que «había que desterrar el populismo, porque el odio en el que se basa nos puede hacer olvidar que el otro, si no es eres hoy, puedes ser tú mañana».
España y la UE, una unión «de gran utilidad»
Así, el presidente regional ha llamado a defender las instituciones y ha repasado cómo ha cambiado España en estos 40 años, no solo desde el punto de vista económico, sino remarcando la «gran utilidad» para un proceso de cambio que era necesario en el país.
«Cambio de método, de disciplina, de funcionamiento», ha explicado Page, que el país habría tenido que acometer sí o sí, pero que se hizo con el sello europeo y eso ahora ya forma parte de la esencia del país.
Las dos pruebas del acierto de la entrada
Para Page hay dos grandes pruebas de que el camino de la Unión era el correcto para la propia unidad española. El primero, que a ETA no le gustaba la adhesión y por eso hizo tres atentados con dos muertos el mismo día de la firma. «Tenía claro que la entrada era lo mejor para España y para la democracia», ha subrayado.
Además, cree que la respuesta de qué ocurriría si saliésemos de la Unión Europea se tiene claro también en los «graves disturbios» independentistas en Cataluña en 2017. «Lo que les hizo pensar fue ese vértigo de no estar en Europa», ha recordado.