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viernes, 19 de abril de 2024
Arantxa Castaño y María José Ruiz, coordinadoras de Ciencia a la Carta
Arantxa Castaño y María José Ruiz, coordinadoras de Ciencia a la Carta. Foto: Rebeca Arango.
Medio centenar de científicos - 29 julio 2022 - Toledo

Todo comenzó cinco años atrás, cuando María José Ruiz tuvo la idea de ponerse manos a la obra con la divulgación científica de forma organizada y permanente. Luego se apuntó Gabriel Rodríguez, que quería hacer algo relacionado con el festival Pint of Science. Sabían que era importante resolver la comunicación y ahí entró en juego la periodista Arantxa Castaño… ¡Eureka! Había nacido Ciencia a la Carta (CaC). La voluntariosa iniciativa del trío se ha convertido en una prestigiosa embajada de difusión del conocimiento científico y sus avances, siempre atentos a lo más vanguardista. Todo esfuerzo es poco para propagar el saber. ¡Y han sido necesarios muchas horas y quebraderos de cabeza! Siempre con gente puntera, en vanguardia, que sepa contar las cosas y que además quiera hacerlo gratis. ¡Complicada misión!

ENCLM se ha colado en su interior para conocer cómo se hace, deshace y reinventa este gran invento.


¿Qué es Ciencia a la Carta?

«Ciencia a la carta es un proyecto coral respaldado por más de medio centenar de científicos de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), la Universidad Complutense de Madrid, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) el Hospital Nacional de Parapléjicos, y la empresa privada». Es la definición que dan de sí mismos este grupo de divulgadores científicos que han dedicado gran parte de su tiempo y esfuerzo a llevar la ciencia, en cualquier rama el saber, por los rincones de Castilla-La Mancha. Hasta han llegado al alumnado de escuelas rurales de los pequeños pueblos de la España vaciada con el proyecto «Los científicos van al cole», con FECYT (Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología) .

Esas casi 60 personas entregadas a esparcir el conocimiento científico hasta lograr que germine en sitios y gentes aparentemente imprevisibles para este fin, están coordinadas por María José Ruiz, doctora en Química y profesora en la UCLM; Arantxa Castaño, la única periodista, también licenciada en Historia y responsable de Comunicación del Campus de Toledo de la UCLM; Gabriel Rodríguez, doctor en Física y profesor en la UCLM; y Ana María Rodríguez, doctora en Ciencias Químicas y profesora de la Facultad de Ciencias Ambientales y Bioquímica de la UCLM.

La vanguardia de la ciencia, en Castilla-La Mancha

La quimera de tres amigos se convirtió en un grupo organizado de casi 60 investigadores al pie del cañón y, al mismo tiempo, en un polo de atracción para Toledo y Castilla-La Mancha de los divulgadores científicos más vanguardistas del país. Y con una madrina de lujo, Marián García, Boticaria. De hecho, (CaC) viralizó un tuit en su primera conferencia, un mensaje sobre lentejas y quinoa que se compartió miles de veces.

Para intervenir en una iniciativa de Ciencia a la Carta es imprescindible reunir varios requisitos: estar en la vanguardia absoluta en divulgación, que sepa contarlo y que quiera participar sin cobrar. La Biblioteca de Castilla-La Mancha es hoy su mejor aliado y hogar, pero todo comenzó en los bares, su gran cobijo inicial -siguen siéndolo-, además de la calle y, por supuesto, colegios e institutos, desde donde les llegan la mayoría de las peticiones para poner voz, rostro y un lenguaje cotidiano a la ciencia.

¿Cómo lo han hecho? Dejando que la gente pida. Su menú lo forman esos más de 50 sabios y las actividades que organizan por su propia iniciativa cada curso. A partir de ahí, «que la gente elija a la carta. «Piden y modulamos el mensaje para adaptarlo al público infantil, juvenil o adultos; especializado o universal; más o menos entendido…», explica Arantxa Castaño. Todo el mundo tiene a su alcance el conocimiento si se ha interesado por una actividad de CaC y también la posibilidad de descubrir que la ciencia es útil en la vida cotidiana de cada uno de nosotros y no un terreno vallado que solo admite «cerebritos»..

Boticaria García, la madrina de Maridajes Cuánticos

Alimentación, medio ambiente y salud son los temas más demandados, aunque la «carta» es mucho más amplia. Así que en las actividades que organizan motu propio «compensan» con más charlas de ingeniería, investigación de materiales y otras ramas. El caso es fomentar el pensamiento crítico y la lucha contra las fake news

Con Maridajes Cuánticos, que lleva varias ediciones en la Biblioteca de Castilla-La Mancha en Toledo, se encargan de mover el banquillo y dar rienda suelta a todo lo demás. A inaugurar la primera edición en 2018 vino Marián «Boticaria» García, que ya era una divulgadora rompedora y prestigiosa, aunque aún no tenía medio millón de seguidores en Instagram. Fue amor a primera vista, porque ya ha estado cuatro veces y seguramente habrá más. Ella llegó de la mano de Quique Royuela, el biólogo y virólogo al frente de Principia, emblemático magazine de cultura, ciencia y arte.

A estas alturas de verano ya está en el horno la quinta edición de Maridajes Cuánticos. Pero no adelantemos acontecimientos…

Toledo quiere ciencia, Castilla-La Mancha quiere ciencia

Así de claro lo tienen. Así lo cuentan en este vídeo, con todas las claves de Ciencia a la Carta:

Entretener sin perder el rigor

Cuatro años después de iniciar la aventura de Ciencia a la Carta, ¿cómo ha ido la experiencia? ¿Cuáles son vuestras conclusiones?

María José Ruiz: Ha merecido la pena; de hecho, estamos creciendo. Mi conclusión es que a la hora de pedir charlas los que más las demandan son los centros educativos, coles especialmente e IES. En Toledo tenemos un público fijo, que representa un tercio de los asistentes a los eventos. Lo que mejor funciona son la calle y los bares, además de la Biblioteca. Pero también hemos llegado a plantarnos en una plaza y casi sin convocatoria.

Arantxa Castaño: Ahí hicimos la I Ruta Científica Toledo y el Callejeros Ingenieros. La conclusión hacia dentro es que los integrantes de CaC son gente muy comprometida con la transferencia de conocimiento y también muy creativa porque se lo curran un montón para divulgar. Además, les he obligado a salir a los medios… Ja, ja, ja…

¿Cómo lográis llenazos divulgando ciencia en el mundo de los youtubers intranscendentes?

Castaño: Con entretenimiento sin perder el rigor. Además, hasta hay gente que tiene talento para el humor, que es un recurso con el que contamos mucho. La banalización no lo es todo y muchas veces nos sorprenden las preguntas que nos hacen.

Ruiz: Para los youtubers es su modo de vida y necesitan generar contenido todo el tiempo y con mucho público. pero nosotros invitamos a la gente a que no den las cosas por sentadas, a que contrasten y apliquen el sentido común. Los mensajes facilones e impactantes llegan más, pero es necesario profundizar

Castaño: Hay mucho déficit de información, muchos mitos y nosotros tratamos de demostrar, por ejemplo, que conocer la ciencia te ahorra pasta. De hecho, tenemos un taller sobre método científico para saber entender la ciencia

Habéis sido cazatalentos, trayendo gente a los Maridajes Cuánticos de CaC que luego han sido auténticas estrellas Marián García, Aitor Sánchez…

Castaño: Es que este proyecto tiene mucho de comunicación. Hay mucho entrenamiento. En nuestro modelo divulga el científico, no el periodista. Me gusta revisar los discursos, no por fiscalizar si no para que se entienda.

Ruiz: Además, en ciencia no hay temas prohibidos. Podemos confrontar hipótesis diferentes sobre un mismo tema, aunque alguna de ellas sea muy polémica.

Ciencia en la pequeña escuela rural

Y en medio de esta complicada vorágine, se empeñan en el más difícil todavía, llevar la ciencia al mundo rural…  Así nace «Los científicos van al cole»,  dentro del Proyecto FECYT con la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología del Ministerio de Ciencia e Innovación, que subvenciona dos tercios del coste de la iniciativa. Se trata de permitir a los colegios rurales agrupados (CRA) desarrollar investigaciones relacionadas con el currículo de Ciencias de la Naturaleza dirigidas por científicos y científicas en activo en colaboración con docentes de primaria. Y siempre, eso es norma de la casa, fomentando el pensamiento crítico entre los escolares aplicando el método científico a situaciones cotidianas, además de normalizar la presencia de las mujeres en la ciencia, impulsar la vocación científica y favorecer el acceso al conocimiento científico, con independencia de las capacidades individuales o del lugar donde se resida

En este nuevo reto, Ciencia a la Carta volvió a contar con el apoyo económico de la Fundación Soliss, así como la colaboración del Centro de Formación del Profesorado para contactar con las pequeñas escuelas rurales, en las que puede haber 6 o 7 estudiantes de distintas edades. La UCLM pone su granito de arena con horas de trabajo.

«Es un sueño que haya divulgación de ciencia en pueblos de la España vaciada», confiesa María José Ruiz, directora de este programa. Ella explica a ENCLM que «se contactó con Colegios Rurales Agrupados para que hicieran un proyecto de investigación para niños tutorizados por una pareja de científicos, así trabajamos la igualdad sin dar la matraca,

No era fácil, pero se logró que hubiera colegios en todas las provincias, con 12 sedes distintas: «Les diseñamos un proyecto de investigación, asignamos investigadores y preguntamos en qué momento les iba bien la intervención (un mes y medio). Descubres una realidad completamente diferente, coles con 5 niños entre los 4 y los 12 años, con un profesorado que estuvo superimplicado. En las encuestas que hicimos recogimos que tanto niños como profesores estaban encantados. Queríamos que entendieran que estudiar ciencia les iba a dar oportunidades de vivir mejor y entender mejor el mundo en el que viven, no necesariamente solo para ser científicos».

Los científicos van al cole

¿Cómo lo consiguieron? Hablando de microbiología a través de una tarea tan cotidiana como lavarte las manos o cultivando plaquitas; descubriendo la ingeniería a través de pequeñas catapultas, generando energía usando un pequeño motor con un alambre, conociendo la resistencia de los materiales fabricando un puente con espaguetis…. El catálogo de propuestas fue inagotable y el objetivo se consiguió. Y cuando había salidas al campo o a laboratorios de universidades como la Complutense, la Autónoma, la UNED o el Hospital de Parapléjicos, la clase era «flipante».

En esta primera edición de Los científicos van al cole, participarán los CRA Valle del Bullaque-El Robledo-Pueblonuevo del Bullaque (Toledo), Entrejaras-Almadenejos-Alamillo-Guadalmez-San Benito (Ciudad Real), Alciares-Cinco Casas-Alameda de Cervera-Arenales (Ciudad Real), Orden de Santiago-Albaladejo-Almedina-Santa Cruz de los Cáñamos (Albacete), Los Girasoles-Honrubia (Cuenca) y Los Sauces-Cañamares-Cañizares-Albalate (Cuenca).

Cinco años de divulgación de Ciencia a la Carta, en imágenes

Los apoyos

Aunque la divulgación se haga gratis, ya que ningún científico o científica cobra por su charla, desde CaC al menos intentan pagarles el hotel y el desplazamiento. Eso ha sido posible por patrocinadores como la Fundación Soliss, su partner más importante para gozar de estabilidad y poder programar. Pero también colabora con CyC el Centro de Investigación y Desarrollo de la Imagen de UCLM, que diseña su imagen gráfica; el hotel Carlos V, los bares y restaurantes del Grupo Vive Toledo, el Cigarral de las Mercedes, el Buca, o la terraza de Recaredo.

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