La Plataforma de Toledo Frente a los Recortes en Educación para los Menores con Discapacidad ha ofrecido una rueda de prensa para insistir en que la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha, con el consejero Marcial Marín a la cabeza, sigue en su empeño de continuar con el «proyecto de exclusión de nuestros hijos en las aulas», un proyecto que supone aglutinar a estos niños y niñas en aulas creadas específicamente para ellos, denominadas aulas TEA, y en las que se englobarían «independientemente de su necesidad especial, de su edad, de la intensidad de esa discapacidad…».
Temen que lo que la Junta llama un proyecto «piloto» se amplíe en el curso 2013-2014 y que los padres, por falta de profesores de apoyo (los profesionales que atienden a los niños con necesidades en las escuelas), no tengan más remedio que llevar a sus hijos a estas aulas. Denuncia en este sentido que en el presente curso hay 164 profesores de apoyo menos, un 33 por 100 menos, lo cual ha llevado a que ya actualmente exista una mala atención e, incluso en algunos casos, una nula atención a alumnos con discapacidad. Los padres están preocupados porque en el próximo curso la cifra de profesores de apoyo sea aún menor.
Rosario Gómez, portavoz de la plataforma, ha señalado que, «después de los alumnos motóricos -para los cuales el consejero ha creado los llamados centros de cabecera-, ahora elimina progresivamente a los profesionales de apoyo de las aulas ordinarias y los traslada a las nuevas aulas TEA en las que pretende aglutinar a nuestros hijos, obviando su capacidad de adaptación o los avances que puedan experimentar».
Frente a esta situación, el colectivo ha efectuado reclamaciones ante el Ministerio Fiscal, ante el Consejo General del Poder Judicial y ante la Oficina Permanente Especializada del Consejo Nacional de Discapacidad, así como una queja ante el Defensor del Pueblo.
Otra cuestión sobre la que ponen el acento, y que han conocido recientemente, es que los niños que pasan a las aulas TEA dejan de tener la calificación «B» (niños con necesidad de apoyos) y pasan a tener la calificación «C» (niños de educación especial), una calificación que es «inamovible» aunque el niño mejore y que le deja sin opción de ir a un instituto y hacer una licenciatura, «cuando se dan casos de niños con autismo u otras discapacidades que pueden llegar a terminar una carrera».
La plataforma ha hecho mención al sistema combinado que se aplica en otras comunidades como en Murcia, un sistema que ve con buenos ojos y en el cual el menor pasa horas en el aula ordinaria y horas en un aula específica siempre teniendo en cuenta sus necesidades de forma individualizada. Advierte que lo que pretende Marín no es implantar este sistema combinado y que las aulas TEA son otra cosa bien distinta pues en estas últimas los niños no comparten tiempo con menores sin discapacidad y no se estudia el caso del menor de forma individual; llegan a referirse a ellas como «un gueto». «Un claro ejemplo del hacinamiento planificado por la consejería es el colegio Jaime de Foxá de Toledo en el que comparten aula un niño de 12 años con otro de cuatro años».
Critican igualmente que en Castilla-La Mancha no existe ninguna legislación que regule las aulas TEA, «ni que garantice un mínimo de horas de inclusión para los alumnos; la adminstración no está sometida a límites y tiene una carta blanca».
«LA DESVERGÜENZA DE MARÍN»
La plataforma ha expresado su indignación con el consejero Marcial Marín, entre otras cosas, por declaraciones como las siguientes: «Si yo tuviera hijos con discapacidad, los llevaría a los centros piloto». Rosario Gómez indicaba que «no nos equivocamos si apostamos a que sus hijas (que no han nacido con discapacidad) acuden a un centro en el que comparten aula con menores que tienen idéntica edad, comparten su tiempo en el recreo con todos sus compañeros y se relacionan en el centro con normalidad. Tampoco tenemos miedo a equivocarnos al asegurar que, cuando tengan 12 años, no asistirán a un aula con niños de cuatro». Añadía que «o es usted un auténtico necio o desconoce cuál es la realidad de las aulas TEA en la región en la que ocupa, con la retribución económica que ello implica, el cargo de consejero de Educación».
«LA CRISIS ES SÓLO LA EXCUSA»
Los padres indican que la crisis no es la razón por la que se toman este tipo de medidas sino «la excusa», pues «un niño con TEA u otra diversidad funcional al que no se le den instrumentos para alcanzar sus habilidades sociales y una buena capacidad de adaptación será un gran dependiente el resto de su vida y un gasto mayor para las administraciones públicas». Además, señalan que mientras que el coste de una plaza en un centro específico de autismo cuesta 30.000 euros al año y en un aula de educación especial (aula TEA) cuesta 15.000 euros, el coste de una plaza en un aula ordinaria es similar al de un niño sin autismo.
Apuntan que no es la crisis la que motiva este cambio en Castilla-La Mancha y «no es la supuesta necesidad de aplicar recortes el verdadero motivo por el que Marcial Maríon apuesta por la exclusión», se trata, dicen, de un «cambio ideológico en función del cual se pretende colocar a nuestros hijos donde menos molesten».
«EL TSJCLM HA DICHO QUE HAY VULNERACIÓN DEL DERECHO DE LA EDUCACIÓN»
Desde la plataforma afirman que en una sentencia de 2012 del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha relativa al caso de un menor con discapacidad del IES «Santiago Grisolía» de Cuenca, el organismo judicial señala que se ha producido una «vulneración del derecho a la educación del menor» pues «no se ha producido en este caso una adaptación de los medios a las capacidades del menor sino que ha sido al revés, se ha adaptado el menor a los medios existentes, lo que, efectivamente, contraviene el derecho a la educación, al no permitirle al mismo recibir una educación secundaria inclusiva con los apoyos específicos necesarios para cubrir sus necesidades educativas especiales, con las importantes consecuencias que ello tiene para el desarrollo integral del mismo».