Desde el principio Marco Antonio Moreno Martín-Ampudia, un toledano de Quintanar de la Orden, se sintió muy interesado por el movimiento 15-M. Fue en la jornada de reflexión de las pasadas elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo cuando, al acudir en Madrid a la plaza del Sol, tomó contacto con integrantes del movimiento y, con este contacto, un papel más activo.
Nada más regresar de la capital española -donde pudo comprobar cómo el 15-M es, sobre todo, un fenómeno «urbanita»- se puso manos a la obra para, con el apoyo de otros vecinos, poner en marcha la asamblea del 15-M de Quintanar de la Orden, entre cuyas primeras funciones fue organizar la llegada de una de las rutas que, con dirección a Madrid, atravesaban en esos momentos el país recogiendo las propuestas ciudadanas para hacerlas llegar finalmente al Congreso de los Diputados. Lejos de quedarse en casa, se unió a los «peregrinos» y después de días de caminata llegaron a Madrid, donde se propuso una nueva marcha, esta vez, mucho más lejos: a Bruselas.
Con esta última propuesta el objetivo era internacionalizar el movimiento. La fecha elegida, el 15 de octubre. Para ello se prepararon manifestaciones en 951 ciudades y 82 países de todo el mundo.
Una de las más importantes tuvo lugar en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas. Marco Antonio asegura que, la de Bruselas, fue una gran experiencia en la que se dieron cita 16.000 personas procedentes de Francia, Holanda, Alemania, España, Italia, Grecia… A la manifestación pacífica le siguió una serie de asambleas y de acciones para poner en valor las reivindicaciones del colectivo. Incluso allí conoció a personas como Iván, un granadino que después de Bruselas ha emprendido el camino a Roma y que, una vez allí, partirá hacia Grecia, ejemplos de que «el movimiento 15-M sigue con mucha fuerza». El toledano añadía que «aunque parezca que ha perdido fuelle, se está trabajando mucho a nivel de barrios evitando deshaucios, informando a los ciudadanos sobre las elecciones…».
Marco Antonio, de 43 años, es una de las muchas personas que engrosan las largas listas de desempleados. Hasta marzo de 2011 trabajaba en Asturias en una empresa de construcción, de donde tuvo que regresar tras quedarse en paro, una situación que nunca había vivido hasta el momento. Actualmente, y frente a las enormes dificultades del sector, está inmerso en un proyecto de autoempleo que compagina con su implicación en el 15-M y con el próximo reto del movimiento: alzar la voz en Roma.