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Educación 17/10/2012junio 13th, 2017

Sus peores presagios se han cumplido y, tal y como se temían, sus hijos -muchos de ellos con trastornos generalizados del desarrollo (autismo)- continúan sin contar con los apoyos necesarios en las aulas. Madres de alumnos con necesidades especiales del colegio público Santa Teresa de Toledo han querido alzar su voz para denunciar esta situación y exigir a la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha que incorpore al centro educativo a un segundo auxiliar técnico educativo (ATE), fundamental para cubrir las necesidades de los 11 menores diagnosticados y a los otros siete que, si bien no están diagnosticados, también precisan de ayuda.

Explican que en el curso pasado había dos ATEs por lo que no entienden que, con el mismo número de niños con necesidades, la Junta haya optado por quitar una plaza. Las consecuencias de tal medida ya se ven: niños con autismo a los que los padres tienen que dedicar toda la tarde solo para que comprendan lo que se ha enseñado en clase; menores que en clases de Educación Física permanecen en un rincón porque se aíslan y el profesor no puede atender a todos; niños de 11 años con deficiencias que tienen que comer con niños de tres años para que alguien les pueda atender; e, incluso -ha llegado hasta oídos de estos padres- alumnos que se hacen sus necesidades encima y no hay nadie para limpiarles.


Saben que los profesores hacen lo que pueden, que antes en sus horas libres siempre intentaban ayudar a sus hijos, pero ahora -con el aumento del ratio de alumnos por aula- esto es imposible, una circunstancia más que sumar a la falta de profesores de apoyo.

El caso del CP Santa Teresa se repite por toda la región, así lo está constatando también la Plataforma de Toledo Frente a los Recortes en Educación para los Menores con Discapacidad a la que no solo acuden padres desesperados por la situación sino también profesores y directores a los que se les han cerrado las puertas en la Consejería de Educación y que incluso instan a los padres a denunciar esta situación.

«MARCIAL MARÍN ESTÁ MINTIENDO»

Tanto desde la plataforma como desde este colectivo de madres y padres del colegio Santa Teresa de Toledo no se cansan de decir que el consejero de Educación, Marcial Marín, está mintiendo cuando asegura que todos los niños están atendidos y que las nuevas plazas creadas servirán para cubrir las deficiencias. Calculan, tal y como ha denunciado también el sindicato STE, que hay 164 profesores de apoyo menos.

A estas madres les parece «horrible» que la Junta pretenda agrupar a los menores en centros de cabecera, máxime cuando se trata de niños con autismo cuyos avances vienen marcados por lo que ven e imitan de lo que hay a su alrededor y a los que aislar en aulas supondría un grave empeoramiento. Por eso hablan de falta de desconocimiento por parte de la consejería.

«No se esperaban que el modelo de agrupamiento fuese a fracasar y que los padres se negasen a llevar a su hijo o hija a estas aulas de cabecera», de ahí –añaden- que «la Junta esté desbordada por la situación».

Su indignación es mayor cuando, según han escuchado de boca de los propios responsables de la consejería, esta falta de recursos y ese agrupamiento se debe única y exclusivamente a motivos económicos. «Nos dijeron que el modelo era insostenible y nos citaron el artículo 135 de la Constitución que dice que el pago de la deuda de España es lo prioritario. Pero, ¿y qué pasa con los derechos fundamentales?».

«Vamos a esperar un tiempo y si esto no se soluciona acudiremos a la vía legal para demandar los hechos», apuntan los portavoces de la plataforma.

«LAS DEFICIENCIAS SON ENORMES»

María es ATE en un centro educativo de la región. Realmente ese no es un nombre, prefiere mantener el anonimato porque, al denunciar la situación que se vive en las aulas con los niños con necesidades especiales, teme llegar a perder su puesto de trabajo.

Asegura a encastillalamancha.es que «las deficiencias son enormes». Lleva años trabajando con menores con discapacidad y señala que es ahora, a raíz de esta polémica, cuando la opinión pública –»y hasta la propia Consejería de Educación»- está empezando a conocer la importante labor que los profesores de apoyo realizan con ellos, una labor de años y años que llega a lograr en ocasiones que un niño, por ejemplo con autismo, salga en buena medida de su aislamiento.

Por ello no entiende lo que está ocurriendo y cómo en la Junta están recortando en educación especial. Tampoco que a ella la hayan destinado ahora a otro centro, con otros niños, y haya tenido que dejar a alumnos a los que trataba desde hace seis años y con los que había conseguido grandes logros. «Allí tenía más niños y mucho más trabajo que ahora pero yo quería haber continuado pues los vínculos que estableces con ellos son muy fuertes y fundamentales para que mejoren».

«Yo pensaba que esto no lo tocarían, que no recortarían de aquí; estos niños son lo más vulnerable que hay. Me gusta mi trabajo y esto a mí me sobrepasa».

Opina que el proyecto de agrupamiento de la Junta es «algo demencial, una vuelta atrás después de años y años de lucha. No se preocupan por las necesidades de estos niños, solo miran el dinero».

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