¿Recuerdan el titular de la noticia que les mostramos el sábado 29 de junio? Ahí va: «Sujeté el cordón umbilical con dos pinzas de tender la ropa y lo corté por la mitad». Nos lo contó Pablo, el padre de una de las dos criaturas que salieron de las entrañas de su esposa, Noemí. Y es que cuando se disponían a ir al hospital Virgen de la Salud, en Toledo, nada más montarse ella en el coche… ¡¡¡Empezó a aparecer la cabeza del primero de los dos gemelos y tuvieron que ejercer allí mismo de padre, de madre, de comadrona, de parturienta, de sufrido médico, de…!!! De todo un poco, vamos, pero pasaron un rato que…
Bien, pues ahora tanto Pablo como Noe han posado para la cámara de encastillalamancha.es. Y ahí los tienen, tan felices después de los minutos de angustia que pasaron después de que él tuviera que armarse de todo el valor del mundo y, ni corto ni perezoso porque no quedaba más remedio, se puso en contacto con el 112, éstos a su vez le pusieron al otro lado del teléfono a un médico y éste le fue diciendo los pasos que tenía que seguir.
Vamos, que dar a luz en el coche al primero de los dos gemelos que venían al mundo no se hace todos los días.
De ahí la peripecia que ambos vivieron. Bien, pues una vez que el primero de sus gemelos nació en pleno coche, en el barrio de Azucaica, el segundo quiso hacerlo en el hospital.
Aún permanecen en neonatos, pero ya conocemos los nombres de ambos. El que tuvo tanta prisa por llegar al mundo es Álvaro, «el más inquieto», como afirma su padre tres días después de verle asomar la cabeza por primera vez. El más tranquilo, el que quiso nacer como la ciencia manda, es Alonso. A pesar de todo, seguro que serán inseparables.
Fuera del hospital también espera la mayor de los tres hermanos, Carla.
¡Vaya historia con final feliz!