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Estarán hasta el 10 de febrero en el Hospital 05/02/2017junio 6th, 2017

Diez estudiantes de tercero de Fisioterapia de la ONCE están durante 15 días realizando prácticas en el Hospital de Parapléjicos de Toledo. Encastillalamancha.es ha querido conocer de primera mano cómo es el trabajo que realizan Jose, Raquel y Patricia, tres de los alumnos ciegos en este Hospital nacional de referencia para el tratamiento integral de las lesiones de médula. Supliendo la falta de visión con pasión, mucho tacto y trabajo, los pacientes están encantados con sus atenciones.


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“Abre la mano, ahora aprieta, aprieta, aprieta hasta que yo te diga, ahora sube la mano como si tuvieses una bandeja y arriba, eso es… ¡Este ejercicio cansa eh!, es muy puñetero”, Jose es un auténtico apasionado de lo que hace, y muy profesional. Ejerciendo con gran naturalidad, parece que lleva trabajando de fisio toda la vida. Jose hace con Carlos, su paciente, ejercicios de rehabilitación. Ambos comparten una pasión: el mundo del motor, aunque desgraciadamente fue una moto la que hizo que Jose tenga que atender a Carlos.

Jose tiene 33 años y perdió la visión total hace cuatro. Este madrileño padece de uveítis, una de las principales causas de ceguera, no obstante Jose indica que no es muy común perder la visión por completo como le sucedió a él. A los 23 años perdió la visión de un ojo y seis más tarde, dado que no se le controlaba la enfermedad, dejó de ver por el otro.

Tiene una energía brutal y se considera “afortunado” de poder pasar estos 15 días aprendiendo en Parapléjicos, y lo que “sería la leche” es el poder trabajar en un futuro en este centro. Jose, que en la foto está acompañado por su perro guía Telos y por su compañera Patricia, comenzó a estudiar Óptica y Optometría, pero su enfermedad empeoró y al quedarse completamente ciego decidió estudiar Fisioterapia “porque las carreras de la salud son las que realmente me tiraban”.

No solo es la primera impresión que deja, es que a Jose, como cuenta su tutor, Fernando, “se le ve con tablas”. «A parte de saberse la toda la teoría, él con las manos lee la situación y es igual que cualquier alumno, no puede saber cómo camina alguien, pero luego capta a la perfección si roza un hombro o si hay cualquier otro problema”.

Pese a la limitación que supone la ceguera, Fernando asegura que “desarrollan mucho el tacto” y que es un trabajo “perfectamente compatible”, ya que “solucionan su deficiencia visual con el trabajo«.

Raquel es una estudiante de fisioterapia que tiene 28 años y es de Santiago de Compostela. Aunque no se le nota en exceso el acento, bromeando dice que “cuando me enfado sí que me sale el acento». Ella es enfermera y ahora, pese a que le vino “un poco de rebote”, está cursando el tercer curso de fisioterapia y ha dado “con lo que realmente me gusta”.

Para ser fisio no es tan importante la vista como lo es el tacto, “con las manos lo controlas todo”, explica Raquel. Pese a que ellos no puedan ver a sus pacientes, estos, «normalmente ven” y juntos forman un equipo que encaja a la perfección.

Raquel cuenta que en Parapléjicos les han acogido “muy bien” y les facilitan mucho el trabajo, sobre todo en estos primeros días hasta que se sienten familiarizados con la ubicación de las cosas.

La última protagonista, Patricia, solo tiene 20 años y al igual que Jose, no es ciega de nacimiento, sino que lleva desde los 13 años sin ver por la enfermedad del glaucoma. Ella atiende junto con su tutora, María José, a Mariano, a quien ayudan a “relajar los músculos, a potenciar musculatura, y a realizar estiramientos de tronco y equilibrio de tronco”, estos ejercicios, como explican profesora y alumna, son fundamentales para las personas que están en una silla de ruedas.

Todos los alumnos pasan por las distintas partes del Hospital, cada día están en un sitio, aunque en el gimnasio es el lugar en el que están más tiempo. Pero también aprenden sobre la parte de electro estimulación, manejo de silla de ruedas, neurología infantil… El único inconveniente es que el tiempo pasa rápido y solo pueden dedicar un día o dos a cada tarea. “No les da tiempo a más”, explica María José.

Patricia está encantada cursando estas prácticas en Parapléjicos. Sin embargo, tras dos días de mañana y tarde en el Hospital está francamente agotada. “Esta tarde no me quedo», afirma. Esta madrileña asegura que los “toledanos son muy serios”, y su paciente, Mariano, bromea diciéndole que así no se va “a echar novio”.

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