La urbanización Calypo Fado, de Casarrubios del Monte (Toledo) y parte de la Comunidad de Madrid, ha amanecido conmocionada por el grave incendio forestal que se desencadenó en Méntrida sobre las 15:00 horas de este jueves y que la acechó con fuerza.
Verlo impresiona. Muros y árboles quemados, asfaltos negros, casas muy afectadas… En el silencio que sucede a las tragedias es cuando se empieza a ser consciente de ellas. Eso es lo que les sucede a los vecinos de la zona, cuando ya el incendio está perimetrado y no hay fuego en las proximidades. Pero solo han pasado unas horas, solo unas horas de momentos de auténtico pánico.
«El mayor susto de mi vida»
Sebastián nos cuenta que junto a su mujer, Antonia, y sus hijos creó su hogar en esta urbanización hace muchos años. Hombre con noble fortaleza y de firme carácter, no duda en decir que probablemente haya sido «el mayor susto de mi vida. No por mí, sino porque estaban mis hijos y mis nietos aquí».
Muy agradecido con la actuación de los Bomberos y de Protección Civil, explica que fue el mismo quien se encargó de rozar hace un tiempo la zona de pastos que rodea su vivienda en previsión de lo que pudiera pasar: «Benditos 60 euros». Reclama con mucha vehemencia más atención en la zona por parte de las administraciones, considera que «Calypo está abandonado».
«De lo malo, malo, estamos contentos, dentro de lo que cabe», ya que no le ha pasado nada a nadie, concluye con energía.
«Lo pasamos muy mal, fatal»
Aurel confiesa con ímpetu que «lo pasamos muy mal, fatal». Explica que los primeros en llegar fueron agentes de la Guardia Civil, pero antes ellos ya habían visto «el humo, cerca de la depuradora». Al ser conscientes del viento, empezaron a temerse lo peor. Con ramas, intentó, junto con otros vecinos, apagar algunos puntos próximos, pero estaba complicado.
Fue cuestión de minutos, nos cuenta, para a continuación señalarnos algunas viviendas afectadas, aunque la suya está sana y salva.
Para José María «fue terrible, las llamas por todos los lados… Pensamos que se nos metían en casa y, de hecho, estuvo a punto».
Explica que, junto a Víctor, que vive más arriba en su calle, logró apagar el árbol que prendía y se había caído en la zona de la piscina de Víctor. Junto a Aurel, con mangueras, permanecieron un rato apaciguando la zona, pese a que la Guardia Civil y la Policía Local, priorizando salvar las vidas, estaba diciendo que se desalojaran las viviendas.
Es una de las experiencias más impactantes que ha vivido José María, aunque, cosas crueles del destino, estando en Molina de Aragón, el pueblo de su padre, en 2004, pudo ver desde la Nacional 2 el fatídico incendio de Riba de Saelices en el que fallecieron 11 personas.
Fotos | El negro despertar de Calypo Fado tras la crudeza del incendio de Méntrida
El incendio de Méntrida y Casarrubios llegó al límite de la urbanización
El fuego ha quemado más de 3.000 hectáreas entre los municipios de Méntrida (donde se originó), Casarrubios del Monte y Navalcarnero (Madrid). La fuerza del viento unida a las altas temperaturas hizo que se propagara a gran velocidad y que lograra alcanzar a la urbanización.
Sin víctimas mortales, el incendio ha dejado mella en los habitantes de Calypo Fado, la zona urbana más afectada. Hemos podido ver a los bomberos trabajando en una casa totalmente devastada, incluido el vehículo, en la calle Mallorca. También hemos observado bombonas quemadas, jardines destrozados, alambradas totalmente negras, viñedos chamuscados, casas «acorraladas»…
Sin duda, no cabrá el olvido en los vecinos que, a la vez, respiran tranquilos y agradecidos porque todo podía haber sido, habiéndolo vivido desde dentro prácticamente, aún mucho peor.
Noticias sobre el incendio de Méntrida y Casarrubios