Entró en la sucursal de Bankia en Yuncos y lo tenía todo planeado: sacó una pistola, intimidó a los empleados y mostró a una de las cajeras un folio escrito a ordenador en el que la indicaba que le diera dinero y que no hiciera saltar la alarma. Por ese «sencillo» método consiguió de 33.870 euros. Y se dio a la fuga. A partir de ese momento desde el banco se avisó a la Guardia Civil, cuyos agentes se pusieron rápidamente manos a la obra.
Buen trabajo el que hicieron, puesto que poco después el Grupo de Delitos contra el Patrimonio de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Toledo logró identificar al autor. Tras solicitar al Juzgado de Guardia de Illescas la correspondiente autorización para entrar en su domicilio localizaron en su interior 570 euros procedentes del robo, pero no pudieron recuperar el arma utilizada que, dicho sea de paso, se desconoce si era real o simulada. El juez ordenó su inmediato ingreso en prisión.