La Justicia ha condenado al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) a indemnizar con más de 260.000 euros al hijo de una paciente fallecida tras sufrir una doble negligencia médica al ser diagnosticada con un cáncer de páncreas que no padecía y no detectar el cáncer intestinal que finalmente acabó con su vida.
Los hechos se remontan a 2017, cuando la paciente L.P.D., de 59 años, fue atendida en el Hospital Santa Bárbara de Puertollano y en el Hospital General Universitario de Ciudad Real. A pesar de que no se realizaron pruebas esenciales como una CPRE (colangiopancreatografía retrógrada endoscópica) ni análisis de marcadores tumorales, se le diagnosticó un cáncer de páncreas.
Basándose en ese diagnóstico erróneo, fue sometida a una cirugía extremadamente agresiva. Le extirparon el páncreas, bazo, parte del estómago, epiplón, vesícula biliar y parte del duodeno, además de sufrir la lesión incomprensible del nervio cubital. El diagnóstico real era pancreatitis crónica.
Lo más grave es que, tras la intervención, se ignoraron los síntomas persistentes que sufría la paciente, omitiendo el diagnóstico de un cáncer de intestino real, que fue detectado demasiado tarde, cuando ya solo era posible aplicar tratamiento paliativo. La paciente falleció tiempo después.
La Sección Segunda de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha ha declarado firme la sentencia, aceptando los argumentos del abogado Francisco Fernández-Bravo, en representación de la Asociación “El Defensor del Paciente”. El fallo reconoce el derecho del hijo a ser indemnizado por tres motivos. Las graves mutilaciones, la muerte de su madre y los daños psicológicos sufridos.
Francisco Fernández-Bravo ha explicado que “el éxito del procedimiento ha estado en haber iniciado el proceso cuando la paciente aún vivía”, garantizando así el reconocimiento de daños tanto heredados como propios.
Por su parte, Carmen Flores, presidenta de la asociación, ha denunciado que “es absolutamente inaudito que se vacíe a una paciente sin haber confirmado la enfermedad y luego se le dé la espalda. Estos errores en cascada evidencian graves fallos estructurales en el sistema sanitario”.
