jueves, 1 de mayo de 2025
Paco Luque, el camarero del "Amedros", que fue encadenado y encerrado para robar tranquilamente 18/06/2014junio 9th, 2017

Vivió el susto de su vida. Todo sucedió en apenas unos minutos… Primero le pusieron un cuchillo en el cuello y le amenazaron para que no hiciera nada y les dejara llevarse el dinero; después le encerraron en el almacén del bar «Amedros» y le encadenaron a una estantería…
He aquí el testimonio del protagonista de todos estos hechos, Paco Luque, contados en primera persona.

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«Fui al baño y al salir escuché un ruido, acto seguido vi a un hombre grande y corpulento que estaba viendo la tele, por lo que le pregunté si quería algo, porque a esas horas todavía no había abierto. Él me dijo que una coca-cola y una caña, y en ese momento me di cuenta de que había otro en la puerta del bar. Les dije que aunque el local estaba cerrado no me importaba servirles y que incluso si querían sentarse en la terraza podían hacerlo, que yo les llevaba allí las consumiciones. Pero cuando iba a la barra para atenderlos, el grande me agarró por detrás y me puso un cuchillo en el cuello. A partir de ahí…».

La historia; que tiene para más de un susto y fue la que vivió Paco Luque Cazorla en el restaurante en el que trabaja en Toledo, el «Amedros» (en el barrio de Buenavista), el 25 de mayo, «me acuerdo perfectamente de la fecha porque eran las elecciones europeas y un día después de la final de la Champions»; podría ser perfectamente de una película de serie B americana, pero no, no… Es tan real como que le sucedió a él, a este toledano de 44 años, tal y como les contó en su momento encastillalamancha.es, y ahora nos la recuerda en primera persona. Tres semanas después, en su memoria queda que «no tuve nada de miedo en ese momento, pero a las cinco de la tarde, transcurridas unas horas, me pegó un bajón anímico que me tuve que ir a acostar».

El bar aún estaba cerrado, pero como estaba colocando la terraza, la puerta estaba abierta, como tantas y tantas veces…

«¡NI TE MUEVAS, VENIMOS A POR EL DINERO!»

Con el cuchillo en el cuello, a Paco sólo le quedaba esperar para ver qué hacían los dos individuos. «El que me tenía agarrado me dijo: ¡Ni te muevas, venimos a por el dinero! Y el otro, de inmediato, echó el cierre del bar por dentro». Era domingo, cerca de las 11 de la mañana. Tras coger el dinero que había en la caja registradora, unos 200 euros, «me dijeron que me vaciara los bolsillos. Tenía las llaves y poco más. Acto seguido me llevaron al almacén. Cuál fue mi sorpresa cuando uno de ellos apareció con la cadena que utilizamos para proteger las sillas de la terraza, me empujaron con cierta violencia y me rompieron la camisa. Imagino que lo hicieron para intimidarme y para que no se me ocurriera hacer nada».

Acto seguido, «me encadenaron a una de las estanterías del almacén, cerraron la puerta, apagaron la luz y ahí me dejaron».

Desde su oscuridad puso el oído a funcionar y escuchó cómo movían y removían, pero ellos solo querían dinero, puesto que las botellas de alcohol ni las tocaron. La señora de la limpieza, como vio que el bar estaba cerrado, se imaginó que Paco había salido y tras esperar un rato se marchó. Ni se imaginaba lo que había sucedido. No fue hasta aproximadamente dos horas después cuando llegó el otro camarero, que sí tenía llaves.

Entró y se encontró con algunas cosas por el suelo. No vio a Paco, evidentemente, quien permanecía encerrado en su «cueva particular». Tras llamarle a voces, Paco contestó. Fue en ese momento cuando se acabó su pesadilla, avisaron a la Policía y tuvo que contar con detalle todo lo sucedido.

Es curioso, pero «no se aburrió» gracias a que cada día, cuando se dispone a preparar el local para tenerlo listo a la hora de abrir, Paco enciende la televlsión y pone el volumen alto, para escucharla desde el lugar en el que esté. «Pues como no podía hacer otra cosa cuando estaba encerrado, más que esperar a que viniera alguien, estuve escuchando el partido del Real Madrid de baloncesto, que ese día jugaba con el CAI Zaragoza en los play off de liga. Al menos me entretuve con algo esas dos horas de espera…».

Para mitigar el susto no está nada mal…

Paco Luque se encontró con el cuchillo en el cuello que le puso uno de los ladrones, luego le encadenaron y encerraron en el almacén del bar «Amedros», en Toledo.

Paco Luque, con la cadena que le ataron en el interior del almacén del «Amedros» para que no «molestara» y dejara «trabajar» tranquilos a los dos ladrones.

Enclm

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