La operación «Pony», llevada a cabo por agentes de la Policía Nacional de Talavera se ha saldado con siete detenidos, seis de los cuales ya están en la cárcel, y la incautación de 1,5 kilos de cocaína, tres vehículos, varias armas, numerosas joyas, más de 15.000 euros y una obra de arte, entre otros efectos.
Siete personas han sido detenidas por agentes de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional de Talavera como autores de presuntos delitos de tráfico de drogas, robo con fuerza y tenencia ilícita de armas. El grupo estaba organizado y se dedicaba a la introducción y posterior distribución de cocaína en la comarca de Talavera y en Portugal a través de correos procedentes de Sudamérica, según han explicado el subdelegado del Gobierno en Toledo, Javier Corrochano, y el comisario de Talavera, José Jiménez.
Los detenidos son cuatro españoles, un francés, un portugués y una colombiana, la única mujer de este grupo, al que la Policía Nacional llevaba investigando desde hace cuatro meses. Una investigación que tuvo como detonante la investigación de un robo con fuerza en un domicilio de Talavera y que se ha saldado con los siete detenidos, de los que seis ya están en prisión, y la incautación de varios tipos de droga; entre ellos 1,48 kilos de cocaína, además de otras cantidades de heroína, hachís, marihuana, así como diferentes sustancias de corte. Entre los efectos que han aparecido durante la operación denominada «Pony» también se encuentran varias armas, lo que da idea de la «peligrosidad» del grupo, tres coches, más de 15.600 euros en metálico, numerosas joyas y un cuadro.
Cabe destacar que la operación policial, en la que se han llevado a cabo seis registros domiciliarios en Talavera, San Román de los Montes y Navamorcuende, continúa abierta y en estos momentos se investiga la procedencia de las armas, así como de la gran cantidad de joyas intervenidas y de la obra de arte. Entre las armas que se han incautado figura un rifle que se utilizó en un robo perpetrado en Ocaña.
Los detenidos disponían de un piso de seguridad en Talavera donde recepcionaban la droga y la transformaban para su posterior distribución. El subdelegado del Gobierno ha destacado que se trataba de un grupo «peligroso» y que se dedicaba profesionalmente a cometer estos delitos.