El fiscal pide doce años de prisión para cada uno de los siete miembros de una organización dedicada al tráfico de cocaína, que traían desde Colombia, la procesaban en un laboratorio que habían instalado en una parcela de Fuensalida (Toledo) y luego la vendían a terceros.
Según el escrito de acusación del fiscal, se les acusa de un delito contra la salud pública con la concurrencia de formar parte de una organización criminal, cuyos responsables la dirigían desde Colombia y en la que cada uno de los miembros tenía un cometido.
Los procesados, seis hombres y una mujer, de nacionalidad colombiana, y con edades comprendidas entre los 32 y los 61 años, introducían en España la cocaína base y en un laboratorio clandestino la convertían en clorhidrato de cocaína para su venta.
Uno de los acusados, C.A.T.H., era la persona enviada a España por los responsables colombianos de la organización para supervisar la instalación del laboratorio y transmitir las órdenes al resto.
G.J.M.V. se dedicaba al control del laboratorio y gestionaba los traslados a Colombia de otros miembros de la banda, así como era el responsable de adquirir los coches o fincas que necesitaran, y junto a su mujer, A.M.D.A., proporcionaba el alojamiento al resto.
Por su parte, W.L.C.N. tenía como misión transformar la pasta base en clorhidrato de coca, tarea en la que le ayudaban J.R.C.R. y J.M.C.V.
El procesado G.M.A. les había alquilado las fincas para el almacenamiento de la droga y, según el fiscal, sabía a qué se dedicaban los demás.
Salvo este último, todos los demás han estado en la cárcel desde julio del 2010, tras ser detenidos y registradas sus propiedades e inmuebles en los que la Guardia Civil se incautó de droga que en el mercado ilícito se hubiera vendido por 693.000 euros.
El juicio comenzará mañana, 6 de marzo, en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Toledo.