Ecologistas en Acción ha alertado de que, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (Aema), la contaminación atmosférica ha ocasionado en Castilla-La Mancha hasta 1.100 muertes en el año 2022, 70 de ellas atribuibles a las partículas finas PM2,5, 100 al dióxido de nitrógeno (NO2) y 300 al ozono, por exposición a niveles en conjunto similares a los registrados en 2024; según el informe ‘Aire Limpio CLM’.
La contaminación del aire en Castilla-La Mancha durante el año 2024 ha excedido los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), si bien no ha llegado a las concentraciones previas a la pandemia de la covid-19.
Según estos resultados, de los que ha informado la organización en un comunicado, el ozono troposférico, las partículas PM10 y PM2,5 y el dióxido de nitrógeno (NO2) han vuelto a afectar a todo el territorio castellanomanchego.
Así, los niveles de ozono han sido sensiblemente más altos que en años anteriores, pese a la menor duración de las altas temperaturas y radiación solar durante el pasado verano y, en conjunto, aumentaron un cuatro por ciento respecto al promedio del periodo 2012-2019 y fueron las cifras más altas desde 2012.
Situación complicada en Puertollano
Además, Ecologistas ha advertido que el empeoramiento de la situación fue relevante en la comarca de Puertollano (Ciudad Real), con un aumento del número de días por encima del objetivo legal del 98 %, probablemente en relación con las emisiones de compuestos orgánicos volátiles del polo químico.
El cuadro general que presenta Castilla-La Mancha es el de dos zonas con una elevada contaminación: una situada al norte, caracterizada por contener una gran actividad industrial y un elevado número de kilómetros de carreteras y autovías con una gran intensidad de tráfico (y en cuyo interior existen importantes núcleos de población como Guadalajara, Toledo, Azuqueca de Henares y Talavera de la Reina), y otra al sur delimitada por el área industrial de la Comarca de Puertollano.
De esta manera, la contaminación emitida desde ambas zonas y desde la vecina Comunidad de Madrid se extiende por el resto del territorio en la forma de ozono troposférico y afecta a lugares alejados de estos focos de emisión como las zonas rurales y del interior de Castilla-La Mancha.
Como consecuencia, y pese a la significativa mejora de la calidad del aire en los últimos años, toda la población de Castilla-La Mancha ha seguido respirando en 2024 un aire «perjudicial» para la salud, según las recomendaciones de la OMS y los nuevos límites legales aprobados para 2030 por la Unión Europea.
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1.100 muertes al año en 2022
Ecologistas ha alertado de que, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), la contaminación atmosférica ha ocasionado en Castilla-La Mancha hasta 1.100 muertes en el año 2022, 70 de ellas atribuibles a las partículas finas PM2,5, 100 al dióxido de nitrógeno (NO2) y 300 al ozono, por exposición a niveles en conjunto similares a los registrados en 2024.
En concreto, la provincia de Ciudad Real superó los 80 fallecimientos por cada 100.000 habitantes, por la especial incidencia de las partículas PM2,5 y el ozono.
Ante esta situación, la organización ecologista ha criticado que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha no ha aprobado ningún plan de mejora de la calidad del aire referido a las superaciones en la última década de los valores objetivo de ozono para la protección de la salud y/o de la vegetación en todas las zonas de la región y, por tanto, persiste en el incumplimiento de la legislación ambiental en esta materia.