El rondenses Manuel Blanco López creó el dulce más tradicional de nuestro país con un fino hojaldre, relleno de crema y un baño de azúcar. Este año ha sido el centenario del nacimiento del pastelero y, por este motivo, La Roda ha inaugurado una escultura para homenajearle.
El monumento es obra del escultor local Lauren García y se ha ubicado en el paseo de Ramón y Cajal, enfrente de donde estaba en su día la pastelería original del maestro confitero.
El acto ha contado con la presencia del alcalde de La Roda, Juan Ramón Amores; la concejala de Turismo, María Ángeles García; los hijos del homenajeado, Visitación y Julián Blanco; Además de, representantes de las confiterías locales, los actuales productores de Miguelitos, y numerosos vecinos que quisieron acompañar a la familia en este reconocimiento.
Historia de los ‘Miguelitos’ de La Roda
Siempre es buen un momento para disfrutar del dulce y qué mejor que hacerlo con el mejor embajador de la provincia de Albacete, el Miguelito de La Roda.
A finales de los años sesenta, Manuel Blanco dio a probar a su amigo Miguel, conocido como ‘Miguelito’, un nuevo pastel que había creado, reconociendo la calidad, finura y textura del dulce que en su honor llevaría su nombre, tal y como describen en el Diccionario biográfico de Castilla-La Mancha.
La situación estratégica de La Roda, parada obligatoria entre Madrid y el Levante, contribuyó a popularizar sus pasteles y, más tarde, la caja de Miguelitos.
Posteriormente, la confitería ‘La Moderna’, ubicada en la misma carretera nacional, ha sido el establecimiento que más ha contribuido a la difusión de los «Miguelitos» espolvoreados con azúcar glas.

Inauguración del monumento del ‘Miguelito’. Foto: Ayuntamiento de La Roda
En la actualidad se elaboran con diferentes variedades de relleno como chocolate, chocolate blanco con avellanas o, incluso, recubiertos de chocolate elaborados por ‘Miguelitos Ruiz’, aunque el más popular sigue siendo el original de crema.
Durante la Feria de Albacete 2025 también han rendido homenaje a Manuel Blanco repartiendo ese exquisito manjar en el Recinto Ferial, donde cada año albaceteños y visitantes lo acompañan de café o sidra.
