El Hospital ‘Virgen de la Luz’ de Cuenca ha cerrado sus puertas de manera definitiva tras el traslado de los seis últimos pacientes al Hospital Universitario y el alta médica de Miguel, Amadora y Mari Paz, de modo que deja atrás 61 años de servicio sanitario en la provincia.
Minutos antes de las diez de la mañana de este viernes ha salido la caravana de seis ambulancias con otros tantos pacientes para el último traslado al complejo hospitalario ubicado en El Terminillo.
Solo quedaban tres pacientes más en la quinta planta del ‘Virgen de la Luz’, que han recibido el alta hospitalaria: un hombre y dos mujeres, estas últimas trasladadas a su domicilio en la localidad conquense de La Frontera y a una residencia en Tarancón.
Los profesionales sanitarios de Medicina Interna Luis De Benito y María José Hervás, que han dado el alta a los últimos pacientes del ‘Virgen de la Luz’, han destacado a los medios de comunicación que este día es de “gran tristeza”, ya que “he pasado más años de mi vida aquí que en mi casa”, ha dicho De Benito mientras que Hervás ha resaltado la “esperanza” por el comienzo de una nueva etapa en el Hospital Universitario.
La enfermera Beatriz Cañas y la supervisora de la quinta planta del ‘Virgen de la Luz’ Lorena Lapond han subrayado su trayectoria profesional y “vital” en este hospital. “Esta ha sido mi casa durante los últimos treinta años”, ha dicho Cañas.
La supervisora, además, ha incidido en que se siente “orgullosa” de los profesionales con los que trabaja y ha señalado que el cambio al nuevo hospital “será beneficioso para todos”.
Precintado simbólico
Una vez se han marchado Miguel, Amadora y Mari Paz, se ha procedido al precintado simbólico del hospital. En los próximos días se vallará el perímetro, para limitar el acceso a sus proximidades al mínimo, dejando lo necesario, como según ha explicado el gerente del área integrada de Cuenca, José Antonio Ballesteros.
«Hemos vivido cuatro meses durísimos y he agradecido a todos los más de 200 personas que se han desvelado durante meses en cómo jubilar bien el Virgen de la Luz y los más de 1.700 profesionales que, de una manera o de otra, han cumplido con el cometido que tenían para que hoy estemos ya atendiendo en el Hospital Universitario», ha dicho.
Ballesteros ha desvelado que esta semana se ha sometido al nuevo centro sanitario a un «test de estrés» para poner a prueba su capacidad. Por ejemplo, se han programado operaciones en 22 quirófanos y se han atendido más de 1.000 urgencias.
Ha admitido que «está habiendo incidencias a centenares, pero estamos luchando para que el paciente ni las vea». También está costando atender la demanda de aparcamiento, aunque el gerente cree que la situación se normalizará a medida que la gente esté familiarizada con las nuevas instalaciones.
Este viernes ha comenzado en sus nuevas dependencias la actividad en el hospital de día oncohematológico y se han puesto en marcha la hemodiálisis para, de esta forma, tener funcionando el Hospital Universitario a pleno rendimiento.
Por su parte, en el Virgen de la Luz, ya jubilado, queda todavía que pase el «coche escoba», que recoja el mobiliario clínico y no clínico que pueda ser útil en otros ámbitos, mientras espera que se resuelva el futuro de este edificio que ha formado parte de la historia de la ciudad durante seis décadas.