A menos de cien kilómetros de la ciudad de Albacete encontramos una joya de la naturaleza, cuyo nombre proviene por la existencia en la zona de pozos de agua salada, cuando hace millones de años el mar cubría gran parte de la Península Ibérica, señala la web Escapada Rural.
Salobre enamora por su gran belleza con parajes repletos de barrancos, arroyos y ramblas, siempre repletos de flora y fauna. Dos ríos atraviesan esta localidad, tal y como destacan desde Turismo Alcaraz, el Salobre, que cruza por el mismo pueblo y el Ojuelo, este último junto al río Angorrilla forman una reserva fluvial de las pocas existentes en Castilla-La Mancha.
En sus calles empinadas con encantadores rincones viven aproximadamente 500 habitantes repartidos entre Salobre y la aldea de Reolid.
Balnearios
Gracias a sus características aguas, otro de los grandes atractivos de Salobre son sus dos balnearios. El Balneario de Benito, ubicado al pie de las montañas, donde Benito Palacios Marín fue quien en el siglo XIX convirtió un manantial, famoso por curar afecciones reumáticas, en el complejo hotelero que es en la actualidad. Las aguas del Balneario de Benito son bicarbonatadas, cálcicas y magnésicas, con una temperatura de 21 ºC.
El Balneario La Esperanza se encuentra en Reolid con aguas también bicarbonatadas y cálcicas, además de, ulfatadas. Sus instalaciones ofrecen piscina termal, bañera de burbujas e hidromasaje, baño turco y masajes terapeúticos, rodeados por la Sierra de Alcaraz.
Ambos balnearios son ideales para mejorar procesos reumatológicos, dermatológicos, circulatorios y digestivos, como indica Turismo Castilla-La Mancha.
