jueves, 25 de abril de 2024
Una instalación muy polémica 10/07/2012junio 13th, 2017

El experto en energía Jordi Ortega y el director de campaña de Energía de Greenpeace, Carlos Bravo, han afirmado que aún hay tiempo para paralizar la construcción del almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares en Villar de Cañas (Cuenca). Y han advertido de que es un proyecto «vacío» que «no tiene ni pies ni cabeza».

Ortega y Bravo han hecho estas consideraciones a los periodistas antes de presentar en Toledo el libro «La energía después de Fukushima», escrito por Ortega y la ex ministra socialista de Medio Ambiente Cristina Narbona.


El autor del libro ha criticado que España «vaya con el pie cambiado» y, en lugar de paralizar la construcción de un ATC, como otros países, «se plantea abrir uno».

Ortega ha señalado que existen otras opciones para almacenar los residuos como los almacenes temporales individualizados para cada central nuclear y, luego, «ver si hay alguna solución en el futuro».

Además, ha criticado que «no está muy claro» el proyecto de puesta en marcha en Villar de Cañas, pues está «vacío de contenido».

Algo en lo que ha coincidido el director de campaña de Energía de Greenpeace, que ha recordado que la Audiencia Nacional reconoció que no había un proyecto técnico específico y que la elección del municipio conquense para la instalación del ATC se ha basado en «a ver que alcalde se deja convencer con el dinero encima de la mesa».

«Es un proyecto que no tiene ni pies ni cabeza, no tiene cimientos, intentan hacer la casa por el tejado», ha dicho Bravo.

Pero ha confiado en que se pueda parar, pues «todavía queda muchísimo» para que se pueda poner en marcha y «aún no se ha abierto el procedimiento administrativo».

Además, ha señalado que, «entre medias, va a haber fases de alegaciones y la oposición a la instalación va a ir creciendo», y que la zona elegida para la instalación del ATC «tiene problemas de inundabilidad».

Al igual que el autor del libro, el representante de Greenpeace ha apostado por los almacenes individualizados y ha pedido al Gobierno que «recapacite» porque «son más baratos, más seguros y no generan oposición social».

Ha explicado que un almacén individualizado es «más rápido de construir» y ya existe en varias centrales nucleares de España, por lo que sólo sería necesario instalarlos en cuatro de las existentes en el país.

Y ha agregado que su construcción supondría una media de unos 80 ó 100 millones de euros, una cifra muy inferior a los 1.500 millones que ha calculado que supondrá el ATC.

«Es la mejor solución; es fácil, barata y genera menos rechazo porque habrá que ponerlos en centrales ya construidas», ha insistido. 

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