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jueves, 25 de abril de 2024
Esther-Garrido-TDAH
Hablamos con la presidenta de la Asociación TDAH Toledo, Irene Garrido.
Día Internacional del TDAH - 13 julio 2022 - Toledo

 

Es una buena ocasión para conocer la realidad más cercana de estas familias, que nos cuenta… Diagnóstico y atención temprana son gran parte de la solución, pero también se necesitan medidas de apoyo en el ciclo educativo, de atención sanitaria para garantizar su infancia. «Son niños normales, lo único que hay que encauzarlos». Una carrera de fondo que exige paciencia y empatía y cuya carga recae casi exclusivamente sobre las familias.


¿Qué es TDAH?

“Se trata de un trastorno de carácter neurobiológico originado en la infancia que implica un patrón de déficit de atención, hiperactividad y/o impulsividad, y que en muchas ocasiones está asociado con otros trastornos comórbidos”. Así figura en el web tdahytu. También se recoge que se calcula que en la Unión Europea un 5% (3,3 millones) de los niños y adolescentes entre 6 y 17 años padece TDAH. Un estudio reciente sugiere que la prevalencia en España es de 6,8%.

Mejorar la atención pasa por acercar esta realidad a la sociedad, para que le de la importancia que merece. Hoy es el Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y por ello ENCLM se ha acercado a la asociación TDAH Toledo , una asociación que, en la actualidad, trabaja con en torno a 80 familias de la provincia.

Su presidenta, Irene Garrido, es quien nos explica como este trastorno es una de las primeras causas del fracaso escolar.

Una detección «precoz» 

El TDAH tiene su mayor impacto durante la infancia, la etapa donde más se suele diagnosticarse, concretamente en torno a los 7 años. En este sentido, Garrido explica que los maestros son los primeros en detectar este tipo de conducta porque son quienes contemplan que «el niño no para quieto, es muy impulsivo o tiene inatención, en el cole es donde dan ese toque de atención».

La presidenta considera muy importante que se detecte de manera precoz, para que así se puedan establecer una pautas.  Este trastorno, aunque no tiene cura, tal y como informa Garrido, puede ir solventándose durante las etapas escolares donde hay un proceso de maduración y donde «el niño va creando sus rutinas».

La paciencia de un trabajo en equipo

El apoyo familiar, educativo, sanitario y administrativo son «las cuatro patas» para que los niños se adapten al entorno social y educativo durante su crecimiento.

«Un niño sin una familia que le apoye y le siga pautando desde casa va a estar cojo, y si en el colegio no se hace lo mismo estará igualmente cojo».

En este proceso, Garrido hace hincapié en que tanto las familias como los profesores deben tratar a los chicos y chicas que lo padecen con normalidad porque son como el resto de niños, salvo que «en ocasiones tienen comportamientos diferentes».

Por ello, la paciencia y el apoyo son esenciales, «no abandonarlos y estimularlos» para que tengan mucha confianza en ellos mismos. «Hay que levantarles mucho la autoestima«, insiste.

La importancia del maestro 

La presidenta de la asociación toledana explica que los profesores deben saber como establecer pautas en los niños con TDAH, entre las que menciona situarlos en primera fila de la clase o tener establecidas determinadas actividades dentro del aula para aquellos que tengan hiperactividad. Garrido manifiesta que, por ello, no serán «los criados de la clase», sino que necesitan realizar ese tipo de actividades extra.

Por otro lado, desde la asociación creen importante que se adapten los exámenes a los que se enfrentan estos niños y niñas. En lugar de hacer una pregunta «en las que se les pida responder a cinco cosas, hacer más preguntas con diferentes espacios donde contestar». De esta manera el chico «no se quedará en la primera pregunta».

Sin embargo, Garrido lamenta que «no todos los profesores realizan esta labor«, pese a que «están obligados» al haber un protocolo que lo determina.  Por ello, admite que «el problema llega en el colegio, en la etapa escolar es donde las familias más sufrimos».

También, denuncia que «la administración no ayuda» porque en barrios de la ciudad de Toledo, como en el de Santa Bárbara, tan solo hay un orientador para dos colegios, algo que dificulta su trabajo y lo hace «algo imposible».

La asociación reivindica un mayor número de profesionales que puedan apoyar las necesidades que tienen estos niños.

La paciencia y el trabajo como meta de una «carrera de fondo» 

Este trastorno de conducta puede tener un detonante hereditario, pero en muchas otras ocasiones, las familias se enfrentan por primera vez a esta situación, que según explica Garrido hace que «se les venga todo encima». «Todo recae sobre las familias, quienes muchas veces no tienen las herramientas necesarias para ayudar a estos niños».

En este sentido, Garrido explica que se trata de «una carrera de fondo» donde la paciencia, la empatía y el trabajo con ellos son herramientas clave para que que puedan hacer una vida normal, «son niños normales, lo único que hay que encauzarlos».

Es muy importante que los padres comprendan el trastorno que padecen sus hijos, saber que no tienen estos comportamientos porque quieren, y a partir de ese momento, trabajar para construir unos cimientos para que cuando lleguen a niveles escolares más altos, tengan unas rutinas que ir cumpliendo o sepan controlar los niveles afectivos con otros compañeros.

Mucha terapia y, en algunos casos, medicación

Desde la asociación creen que es primordial el cuidado de la salud mental de estos niños, una salud mental que ahora «cobra tanta importancia».

En este punto, Garrido denuncia  la situación con la que se encuentran los niños que tienen este trastorno: el psicólogo o psiquiatra «lo ve una vez al año si toda va bien, y si tu hijo tiene alguna crisis, te atienden de urgencia pero no hay ningún tipo de seguimiento».

Si los chicos con esta patología necesitan acudir a un centro para trabajar ciertos aspectos, «olvídate de la Seguridad Social, toca tirar de bolsillo«.

Esta es una de las demandas mas importante por parte de la organización, porque como nos explica su presidenta, hay muchas familias que no pueden permitírselo.

Además de este apoyo sanitario, familiar y educativo, Garrido afirma que hay niños que necesitan medicación, aunque señala que muchas familias no optan por esta opción ante el miedo de posibles efectos secundarios en niños tan pequeños. Aun así, considera que se trata de una ayuda más.

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