La Agencia Estatal de Meteoroogía prevé que el otoño en Castilla-La Mancha sea más caluroso de lo normal, teniendo en cuenta que incluso en la segunda quincena de septiembre se han activado avisos por calor en tres provincias, y más seco de lo habitual.
Con motivo de la presentación del balance climático del verano, el delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Castilla-La Mancha, Luis María Bañón, ha aportado también este jueves un avance estacional del otoño, aunque ha señalado que hay «una elevada incertidumbre» en cuanto al comportamiento del clima en los próximos meses.
Con todo, ha apuntado que hay un 60% de probabilidades de que el otoño sea más caluroso de lo habitual, frente al 30% de probabilidades de que sea normal y un 10 % de que sea frío, al tiempo que ha señalado que tanto los otoños de 2023 y 2024 fueron muy cálidos y el de 2022, extremadamente cálido.
Bañón también ha analizado los datos el comportamiento climático de los primeros quince días de septiembre y ha señalado que, a pesar de un episodio frío que hubo los primeros días del mes, está siendo un mes caluroso, con registros por encima de los 36 grados, que son «poco frecuentes».
Un septiembre con 37 grados
Como ejemplo, ha indicado que este miércoles se marcaron en Toledo los 37,6 grados, mientras que desde 1981 no se superaban los 37 grados en Toledo capital en un mes de septiembre. Además, ha recordado que este miércoles y jueves se han activado avisos por altas temperaturas en varias provincias de Castilla-La Mancha, lo que supone que «es la primera vez que en la segunda quincena de septiembre hay avisos por calor».
Ha añadido que el calor persistirá este jueves y viernes, si bien todo apunta a que a partir del sábado comenzarán a descender las temperaturas y el domingo entrará un frente que provocará un descenso término de cara al lunes y el martes, que incluso dejarán los termómetros por debajo de lo habitual, aunque se irán recuperando para la próxima semana.
La temperatura media de los meses de septiembre, octubre y noviembre en Castilla-La Mancha es de 14,4 grados, mientras que la precipitación media es de 146 litros por metro cuadrado.
En cuanto a las lluvias, Bañón ha señalado que hay un 45 % de probabilidades de que se trate de un otoño seco, frente al 35 % de que sea normal y un 20 % de posibilidades de vivir un otoño húmedo, mientras que el de 2024 fue un otoño húmedo; el de 2023, muy húmedo y el de 2022, muy seco.
Por todo ello, ha resumido que «posiblemente», y aunque ha incidido en que hay una «elevada incertidumbre», el otoño será «más caluroso de lo normal y algo más seco».
Las danas, «especialmente difíciles de predecir»
Por otro lado, y ante el riesgo de que se produzcan Depresiones Aisladas en Niveles Altos (dana), como las vividas en octubre de 2024 y en septiembre de 2023, Bañón ha reconocido que son fenómenos «especialmente difíciles de predecir» y, aunque ha afirmado que «posiblemente las haya», ha comentado que «hay que verlas muy cerca», con como mucho dos o tres días de antelación.
Con todo, ha apuntado que «no hay nada que indique que puede haber más o menos danas este otoño», si bien ha añadido que la temperatura del mar Mediterráneo está 2 o 3 grados por encima de lo normal, lo que implica que si se produce el desembolsamiento de aire frío que provoca la dana, esta tendrá «combustible».
El segundo verano más cálido de la historia
Por otro lado, el informe de la Aemet refleja que Castilla-La Mancha ha registrado el segundo verano más cálido de la serie de 65 años, después del vivido en 2022. Lo ocurrido este en esta estación hace pensar que «el clima ha cambiado», ha asegurado el delegado regional.
«El verano ha tenido un comportamiento que llama la atención no solo en Castilla-La Mancha, en muchas zonas de España. Parece como si el clima realmente hubiera cambiado. A veces viendo las gráficas de los últimos años parece como si realmente no correspondieran a esas zonas. Llama la atención lo anómalo que han sido esos valores», ha alertado durante la rueda de prensa, en la que ha desgranado el informe del comportamiento del verano.
Bañón ha detallado que el periodo transcurrido desde el 1 de junio y el 31 de agosto ha tenido en la región un carácter extremadamente cálido, con una temperatura media de 25,8º centígrados, valor que supera en 2,3 a la media del período de referencial.
«Este verano es, junto al de 2022, el más cálido de la serie de 65 años. La media de las temperaturas máximas ha sido de 34,2, lo que supone una anomalía respecto al valor normal de 2,5 grados centígrados y un carácter extremadamente cálido, el segundo valor más alto de la serie tras el de 2022», ha insistido.
En todas las provincias, el carácter termométrico ha sido parecido, en aunque Albacete y Ciudad Real la temperatura media mensual ha sido la más alta de la serie, mientras que en las de Cuenca, Guadalajara y Toledo ha sido el segundo valor más alto, solo superado en estas tres provincias por el del verano de 2022.
Por meses, el responsable de la Aemet en la región ha indicado que el mes de junio fue extremadamente cálido, con diferencia el más cálido desde, al menos, 1961; que julio fue cálido; y agosto ha sido extremadamente cálido, el segundo más cálido junto al de 2023 tras el de 2024.
Las temperaturas más altas en Castilla-La Mancha
En cuanto a los días que registraron las temperaturas más altas, ha detallado que fueron el 16 y 17 de agosto, cuando se superaron los 43ºC en Almadén y Puebla de Don Rodrigo, Ciudad Real, y en Oropesa y Talavera de la Reina, Toledo.
Por contra, las temperaturas más bajas se registraron el 3 y 4 de junio, con mínimas de menos de 4 en Nerpio. El 29 de agosto, las temperaturas también fueron muy bajas, con mínimas de hasta 5º centígrados en Salvacañete, Cuenca.
En cuanto a las temperaturas máximas en las estaciones de las capitales de provincia que contribuyeron a olas de calor, ha detallado que se dieron en Toledo, con una temperatura umbral de 39,4, del 27 de junio al 4 de julio, y del 3 al 17 de agosto (15 días); en Ciudad Real, con umbral de 39, del 27 de junio al 4 de julio, del 15 al 17 de julio, y del 3 al 17 de agosto (15 días); y en Albacete, con umbral de 37,4, del 28 al 30 de junio, y del 15 al 18 de julio, del 10 al 12 de agosto, y del 15 al 18 de agosto.
En el caso de Cuenca, con umbral 35,6, duró del 28 junio al 2 julio, del 15 al 17 julio, del 3 al 18 de agosto (16 días); y en Guadalajara, con umbral 39,1, del 7 al 11 de agosto, y del 15 al 17 de agosto.
Precipitaciones
Respecto a las precipitaciones, según el delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología en la región, ha tenido un carácter pluviométrico seco, con una precipitación acumulada media regional 35,8 l/m2, lo que supone el 76% del valor normal.
En las provincias de Guadalajara y Albacete este trimestre ha tenido un carácter pluviométrico normal, mientras que en las de Ciudad Real, Cuenca y Toledo ha sido seco.
Las estaciones que más precipitación acumularon durante el trimestre fueron las guadalajareñas de El Pedregal, con 126,4 l/m2, y Zaorejas, con 119,2 l/m2. Por el contrario, se acumuló menos de 5 l/m2 en Fuencaliente y Abenojar, Ciudad Real, y en Oropesa y Talavera, Toledo.
Durante el trimestre, se registraron en la región 22.000 rayos, siendo el 11 de junio el de mayor actividad tormentosa, con 2.127 rayos registrados en Castilla-La Mancha.