En 1930 abrió sus puertas en España un Parador que marcaría un hito: fue el primero de la red en instalarse dentro de un edificio histórico, concretamente en un castillo medieval. Esta transformación impulsó un modelo que hasta entonces apenas se había contemplado: reutilizar monumentos patrimoniales como alojamientos turísticos.
Se trata del Parador de Oropesa, situado en la provincia de Toledo, uno de los alojamientos más emblemáticos de la red de Paradores.
Ubicado en el Castillo de los Álvarez de Toledo —condes de Oropesa—, la fortaleza combina elementos del siglo XII y una ampliación del siglo XV. Esta magnífica edificación fue seleccionada para acoger el segundo Parador que entró en funcionamiento, pero el primero en instalarse dentro de un inmueble con valor histórico.
A lo largo de las décadas, personajes como Frank Sinatra —durante el rodaje de Orgullo y Pasión (1957)—, el poeta Rafael Alberti o el actor Jorge Mistral han pasado por estos salones, incrementando su aura de lugar emblemático.
Más allá de su belleza arquitectónica y su atractivo turístico, este Parador simbolizó el inicio de una tendencia que ha perdurado: adaptar castillos, palacios y monasterios como alojamientos con encanto. Su propuesta sentó un precedente y hoy constituye una de las señas de identidad de la red de Paradores en España.

Imagen de la web de Paradores.
Un castillo convertido en hotel histórico
El Parador de Oropesa toma su nombre de uno de los personajes más ilustres vinculados a la villa: Francisco Álvarez de Toledo y Figueroa, conde de Oropesa y V virrey del Perú entre 1569 y 1581, designado por Felipe II.
Antes de su labor en América, participó junto a Carlos I en diversas campañas militares en África y Europa, dejando una huella histórica tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo.
El edificio combina dos construcciones de gran valor patrimonial: el Castillo Viejo, una fortaleza de origen árabe datada entre los siglos XII y XIII, y el Castillo Nuevo, erigido en 1402 como residencia palaciega de la familia Álvarez de Toledo.
Entre sus elementos más destacados sobresalen la escalinata renacentista del siglo XVI y la majestuosa Torre del Homenaje, que alcanza los 25 metros de altura repartidos en cinco plantas.
En este lugar la sensación es la de retroceder varios siglos. Al cruzar su imponente patio de armas y recorrer las estancias amplias y bañadas de luz, el visitante descubre un majestuoso salón con artesonados mudéjares y una cuidada decoración de época que transporta directamente al ambiente de la nobleza medieval.
Y, como si de un señor feudal se tratara, es posible descansar en su terraza o disfrutar de la piscina exterior mientras se contempla la espectacular panorámica del Campo Arañuelo.

Imagen de la web de Paradores.
El Parador de Oropesa se levanta sobre una colina con vistas al valle del Tiétar y la Sierra de Gredos.
Restauración y modernización
En 2025, el Parador de Oropesa cerró para someterse a una restauración integral con una inversión superior a 12 millones de euros, financiados por Paradores y fondos europeos Next Generation. Las obras incluyen:
- Renovación de instalaciones eléctricas y de climatización.
- Sustitución de calderas por sistemas más sostenibles.
- Reforma de baños y accesibilidad
- Redecoración de espacios históricos como el salón comedor.
La reapertura está prevista para 2027, con un Parador más sostenible, moderno y eficiente, reduciendo hasta un 20 % su consumo energético y 87 toneladas de CO₂ al año.
Reforman el Parador de Oropesa con una inversión de 12 millones
Un referente del turismo cultural en España
El Parador de Oropesa no solo es un alojamiento con encanto, sino también un símbolo del turismo patrimonial en España.
Su historia, sus vistas y su gastronomía lo convierten en un destino ideal para quienes buscan experiencias auténticas en un entorno monumental.