El yacimiento de Guarrazar, en Guadamur (Toledo), continúa ofreciendo sorpresas más de una década después de reactivarse las excavaciones, ya que el equipo que dirige el arqueólogo Juan Manuel Rojas ha confirmado nuevos hallazgos que refuerzan el valor histórico y simbólico de este enclave visigodo, entre ellos el descubrimiento de una basílica de unos quinientos metros cuadrados.
El director del proyecto y del equipo de investigación del yacimiento, Juan Manuel Rojas, ha explicado a EFE que actualmente el yacimiento está en fase de limpieza y mantenimiento gracias al programa ‘Verano Joven’ del Gobierno de Castilla-La Mancha, una labor esencial para conservar las estructuras excavadas y poder preparar nuevas zonas para la intervención arqueológica.
Uno de los focos actuales de trabajo está en una zona que permanecía oculta desde las primeras excavaciones que realizó José Amador de Ríos en el siglo XIX, donde gracias a una ayuda de la Consejería de Cultura y el apoyo del Ayuntamiento de Guadamur el equipo trabaja en la excavación de un ‘balneum’, un conjunto termal privado que podría datarse entre los siglos III y IV.
Este hallazgo ha ampliado el marco cronológico del yacimiento y confirma la ocupación continuada del lugar.
Se cumplen 165 años de la primera excavación arqueológica en Guarrazar (Toledo)
Otro de los hallazgos novedosos es un manantial sagrado, que pudo servir como espacio de baños rituales para peregrinos en los siglos VI y VII y sobre el cual Rojas ha destacado que, aunque discreto en apariencia, es «clave» para entender el origen del santuario, ya que «sin este manantial no habría basílica ni peregrinación; es el corazón espiritual del conjunto», ha afirmado.
Actualmente, el equipo trabaja en seis áreas diferenciadas, donde destacan los restos de una basílica visigoda, un hospital de peregrinos, un manantial sagrado y unas termas privadas.
Guarrazar también ha incorporado tecnologías como drones, cuyo uso es «una cosa que es muy cotidiana para documentar el antes, durante y el después de las excavaciones», escaneado y georradar.
Rojas ha defendido su uso, pero sin depender exclusivamente de ellas, ya que «la tecnología ayuda, pero el conocimiento arqueológico sigue siendo humano», ha dicho.
Jóvenes voluntarios colaboran activamente en el cuidado del yacimiento arqueológico junto a vecinos de Guadamur y voluntarios externos.
El director del proyecto ha subrayado que «me emociona ver que hay una juventud con valores, que entiende que hay que conservar el pasado es construir el futuro».
Guarrazar es uno de los yacimientos más relevantes de la arqueología visigoda en España y el equipo espera cerrar el año con avances en la excavación, conservación del entorno y con mayor afluencia de visitantes, especialmente de centros educativos.
«El proyecto sigue avanzando con la mirada puesta en el futuro, pero sin perder de vista el legado que aún queda bajo tierra», ha apuntado Juan Manuel Rojas.
Una fecha para Guarrazar: 25 de agosto de 1858
El tesoro visigodo de Guarrazar se descubrió el 25 de agosto de 1858 y apenas ocho meses después, en abril de 1859, el historiador José Amador de los Ríos acometió las primeras excavaciones por encargo de la reina Isabel II.
Aquellos trabajos duraron menos de un año y se detuvieron casi un siglo y medio, hasta que el arqueólogo alemán Christoph Eger, gracias a una beca del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid, retomó las excavaciones entre 2002 y 2005.
De nuevo los trabajos volvieron a quedar paralizados hasta que en 2013 Rojas intervino en la zona para descubrir varios interrogantes, entre ellos por qué el tesoro se encontró en ese lugar y qué más había detrás de esa historia.
El tesoro es un conjunto de coronas de oro y piedras preciosas que se conservan, en parte, entre París (Museo de Cluny) y Madrid (Museo Arqueológico Nacional)