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sábado, 27 de abril de 2024
Enrique Navarro defiende el Puy Du Fou en Toledo
Imagen del parque de Puy du Fou en Francia. Foto - Europa Press
Artículo de opinión - 29 noviembre 2018 - Toledo

encastillalamancha.es reproduce el artículo de opinión de Enrique Navarro Gil, consultor internacional, acerca del proyecto de parque temático francés Puy Du Fou, que se instalará en Toledo.

«Uno de los grandes historiadores de la Antigüedad, Beroso el Caldeo, explicaba en una obra, perdida seguramente en el incendio de la gran Biblioteca de Alejandría, cómo Tubal, hijo de Jafet y nieto de Noé, llegó a la Península en la desembocadura del río Francolí, unos años después del diluvio universal y desde ahí fundó Tarragona, la primera ciudad de Iberia, así llamada en honor a su sucesor e hijo Iber, que también dio nombre al río Ebro. Entre sus más importantes hitos destaca la fundación de Setúbal y de Toledo. Su nieto Tago, dio nombre al rio Tajo. Desde entonces han acontecido tantos hechos en la ciudad Imperial que podemos afirmar sin temor que la historia de España pasa por Toledo inexorablemente.


Decía el gran poeta francés del siglo pasado, Patrice de la Tour Du Pin, que “todos los países que no contienen leyendas estás condenados a morir de frío” y España sin duda tiene leyendas como pocos países: la Atlántida, Las torres de Hércules, el cantar del galo, el Cid Campeador, y si hablamos de Toledo la leyenda del Pozo amargo y si buscamos en Aragón, los amantes de Teruel, y tantas otras.

Y si nos referimos a hechos históricos, desde Viriato y la defensa de Numancia, hasta el descubrimiento y colonización de América; la primera vuelta al mundo de Magallanes; la ciudad de las tres culturas; la construcción de la Mezquita de Córdoba; el gigante Blas de Lezo, que infringió la mayor derrota de la historia a la Armada británica; el Gran Capitán; y Roger de Lauria, al servicio de la corona de Aragón, que convirtió al Mediterráneo en el Mare Nostrum español; y si buceamos en nuestra guerra de independencia, Agustina de Aragón y Palafox. Y grandes personajes que nacieron en estas tierras como los tres grandes emperadores romanos, y filósofos de la talla de Séneca, Maimónides y Averroes, las cimas del pensamiento moderno, que vieron la luz en nuestra Hispania. En definitiva, un caudal de historia que solo un nacionalismo rapante y sobre todo insolidario pretende alterar para beneficio propio.

Por todo ello debe darse una calurosa bienvenida a la iniciativa del mayor parque temático de historia de Europa, Puy de Fou, (PDF) por haber decidido crear su primera réplica internacional en España, y no podía ser en otro lugar por historia, ubicación y comunicaciones, que Toledo.

Un empeño que hará posible que en apenas un año abra al público una gigantesca instalación que más allá de ser un enorme foco de desarrollo económico con miles de empleos y de promoción turística, será una excelente herramienta de reivindicación de la historia de España y por ende de esta Europa de las libertades que asienta sus bases en dos realidades inmutables: el humanismo cristiano y el racionalismo greco romano.

Las naciones como Francia o España no nacen ni se definen por un texto constitucional, ni por un hecho aislado, por muy relevante que haya sido su naturaleza o efectos. Las sociedades y los países son consecuencia de su historia; en definitiva, nuestra legitimidad es la historia común, y esto no se puede modificar por referéndum o por componendas.

Como el gran Vázquez de Mella indicaba con acierto: “Los pueblos se enlazan con la muerte el mismo día que se divorcian de su historia”; muerte que muchos han pretendido hacer realidad en nuestro gran país, y estrategia contra la que hay que rebelarse.

Quien mejor entendió la importancia de la historia para los pueblos fue nuestro mayor escritor que puso a La Mancha en el vocabulario colectivo universal, Miguel Cervantes, que en boca de Don Quijote afirmaba: “Que no les hagan torcer el camino de la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente y advertencia de lo por venir”, una lección que nunca debemos olvidar.

Por esta razón es tan importante que por fin un gobierno haya decidido apoyar de una manera tan decisiva un parque por y para la historia de España y Europa. La historia de los países es la de sus mártires, y si los olvidamos nunca encontraremos nuestras raíces y deambularemos perdidos sin rumbo siendo cada vez menos relevantes, de ahí que su reivindicación popular sea una obligación de todos.

Pero sobre todo es un mensaje a las nuevas generaciones para que aprendan a amar a su país y su historia; cuando hablamos de generar una cultura colectiva, debemos empezar por lo básico, conocernos a nosotros mismos, no dejarse llevar por las modas ni los intereses a corto plazo y pensar en el futuro. De nada nos sirve tener grandes antepasados si como dice Moliere no nos empeñamos en emularlos.

Todas las administraciones deberían animar a culminar esta gran obra, un monumento a la memoria histórica, que debe ser destino de abuelos y jóvenes, de colegios y de amantes de la cultura de libertad que se ha construido en Europa. Solo conociendo a España se la puede querer; y splo cuando una gran mayoría quiere a su país, este es capaz de las más altas metas; nuestra historia así lo atestigua».

Enrique Navarro Gil, consultor internacional

 

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