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sábado, 27 de septiembre de 2025
Castillo de Belmonte.
Castillo de Belmonte.
Patrimonio histórico - 27 septiembre 2025 - Toledo

Como en muchas otras zonas de España, Castilla-La Mancha se fue repoblando a medida que los reinos cristianos expandían su poder sobre la península. Así, la Edad Media fue el tiempo de los castillos, las órdenes militares y el auge de la arquitectura religiosa, pero asimismo del nacimiento de gran número de pueblos.

Las murallas servían de fortalezas cristianas a estos pueblos frente a las embestidas de los musulmanes. Los siguientes son algunos de los pueblos amurallados de Castilla-La Mancha más destacables. Estos pueblos se caracterizan por sus impresionantes castillos, murallas bien conservadas y sus cascos históricos llenos de encanto y valor histórico.


Alarcón (Cuenca)

Alarcón es conocida por su sistema defensivo, su impresionante castillo y sus murallas que han protegido la villa durante siglos.

El castillo conserva parte de su aroma musulmán pero sus posteriores reformas nos imbuyen de medievo que corrige, tras la reconquista, su estructura. Entre sus torres y sus defensas destaca la Torre del Homenaje, que se impone desde cualquier rincón del entorno y corona la estampa de manera inapelable. El castillo, convertido en Parador, nos proporciona el albergue, y este el sosiego necesario para no perder detalle ni de él, ni del resto de la población y las muestras de historia impresas en sus calles, iglesias, torres y museos.

Dentro de la villa, en nuestro recorrido nos encontraremos una nutrida representación de casi todo el arte español. Obligadas las visitas a la iglesia de Santo Domingo de Silos, la imponente Iglesia de Santa María y las Pinturas Murales de Jesús Mateo en la Iglesia de San Juan Bautista.

El pueblo medieval de Castilla-La Mancha con murales protegidos por la Unesco

Belmonte 

Belmonte (Cuenca) es un pintoresco pueblo medieval con un castillo asombroso en un excelente estado de conservación y sus murallas, que han guardado durante siglos los tesoros de este pueblo. Sus puertas descubren una localidad que ha sido escenario de varias películas, como El Cid. La gótica Colegiata de San Bartolomé, el Palacio de Buenavista, el Convento de los Jesuitas y la Casa de Comedias nos hablan de la rica historia del pueblo.

Con todo, la joya más vistosa es el castillouna fortaleza medieval que pertenece desde el siglo XV a la misma familia. Su forma pentagonal, su elegante muralla y los añadidos neogóticos hacen de él un monumento llamativo y sugerente.

A los pies de su Castillo, la villa de Belmonte, rinde pleitesía al edificio que lo identifica y corona su estampa. Entre las calles y casas, el rumor de los siglos nos muestra la iglesia de la Colegiata que le disputa su liderazgo de piedra y cultura.

El Castillo con su exterior pentagonal extiende sus brazos de murallas hacia la población, cilindros de piedra flaquean sus vértices y le otorgan su soberbia planta castellana. En el interior nos sorprende con el esquema triangular de su patio de armas. Sus cubiertas interiores repletas de artesonados mudéjares vuelven a atraparnos en su belleza que se agranda en la decoración gótica de sus chimeneas.

El abrazo de las murallas se abre en sus cinco puertas de las cuales tres siguen siendo de acceso a la población: la puerta de San Juan, Chinchilla, Almudí, la de Toledo y la Puerta Nueva.

Consuegra (Toledo)

Tras esposarse con la princesa musulmana Zaida, Alfonso VI recibió como parte de su dote el admirable castillo de Consuegra, que luego se cobrarían los almorávides. Después de varios cambios de manos, el castillo ha permanecido como el mejor conservado de Castilla-La Mancha y un emblema del pueblo junto a los quijotescos molinos de viento del municipio.

El mencionado Castillo de Consuegra que preside el paisaje es sobrecogedor e imponente, de arquitectura militar sanjuanista, con tres recintos defensivos. En su interior se pueden visitar todas sus partes y desde la torre la vista sobre el paisaje es impresionante.

La arquitectura religiosa también tiene una amplia representación, como no podía ser de otra manera: la ermita del santísimo Cristo de Veracruz, con su fachada de mármol blanco; la iglesia parroquial Santa María la Mayor, con su cripta mudéjar; el Convento de las Madres de la Inmaculada Concepción, que recrea el gótico mudéjar… y un largo etcétera que completan la idea de este pueblo espiritual.

Este pueblo, enclavado en mitad de la llanura manchega, rezuma historia; las tradiciones que arrancan en la Edad Media reciben un homenaje con el festival Consuegra Medieval.

Castillo de Consuegra.

Castillo de Consuegra.

Oropesa (Toledo)

Otro de los mejores pueblos medievales de Castilla-La Mancha es Oropesa, de los más vistosos de Toledo. De época musulmana quedan dos torres albarranas, de las que parte la muralla que abrazaba el zoco y la mezquita. Ya en manos cristianas toma forma el castillo nuevo, que hoy se alza con presencia imponente; conserva dos torres circulares en las esquinas. El conjunto, imponente, nos hace testigos de la importancia del condado. Además es posible sentirse en la misma Edad Media, durmiendo en el Parador de Turismo que alberga este monumento.

Las propias calles de Oropesa conservan buena parte de ese encanto de siglos, como se aprecia en el “Pasadizo”, un tramo con grandes arcadas que nos hablan de tiempos lejanos. Aquí y allá aparecen ojivas góticas, torres que apuntan al cielo, espadañas y palacios. No puede sorprender que en abril se celebren unas Jornadas Medievales, con torneos a caballo, exhibiciones, pasacalles y un sinfín de actuaciones.

El Palacio de los Condes de Oropesa, la casa natal del Beato de Orozco, el Palacio de Doña Elvira, los ayuntamientos… retratan la importancia política y civil de la villa.

Murallas y castillo de Oropesa.

Murallas y castillo de Oropesa.

Atienza (Guadalajara) 

Aunque ya tiene solo unos pocos centenares de habitantes, el título de villa que ostenta Atienza da una idea de su pasado insigne. El Cid la llamó ‘peña muy fuerte’ a su paso, Alfonso VII le concedió fuero y durante años fue cabeza visible de un vasto territorio. Las calles mantienen huellas bien visibles de ese tiempo, como el Arco de Arrebatacapas o, más a las afueras, diversas iglesias románicas.

Aquí es asimismo el castillo la gran presencia medieval, enhiesto sobre un espolón de roca. Su admirable patrimonio arquitectónico, así como la autenticidad de su paisaje urbano, hacen de Atienza uno de esos pueblos medievales de Castilla-La Mancha que más merece la pena visitar.

El Castillo, situado en la parte más alta del pueblo, es el monumento más representativo de Atienza. Utilizado por los celtíberos y luego por los árabes que construyeron una fuerte alcazaba, fue reformado por los cristianos tras la Reconquista. Durante la Edad Media cambió de manos numerosas veces entre los siglos IX y XI. Fue ocupado por Alfonso III, por Almanzor y por Sancho García, entre otros, para ser definitivamente tomado por Alfonso I de Aragón, Rey consorte de Castilla por su matrimonio con Urraca I. Es nombrado en El Cantar de Mío Cid, refiriéndose a él como “peña muy fuerte”.

Cuatro generaciones de la misma familia participan este año en la Caballada de Atienza (Guadalajara)

 

Ramón De Juan
Ramón De Juan

Empecé en esto del periodismo algo tarde pero he sido insistente y no lo he dejado. Me especialicé en deportes pero como es norma en esta profesión toco todos los palos. Estudié en la Facultad de Periodismo, me ayudó un Máster en ABC y mi vida profesional casi siempre ha estado ligada a Toledo. Sigo pensando que este trabajo debería seguir siendo el más hermoso del mundo porque no hay nada que nos interese más a todos que contar o escuchar historias.

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