Los primeros ocho minutos con juego alternativo, sin precisión por ambas partes y sin ocasiones destacadas de gol. Las defensas se imponían a los ataques con dos conjuntos que buscaban el juego de toque para llegar a la portería adversaria.
El partido arrancó con una indecisión de Lopito en su propia área, lo que propició un balón del que se adueñó Sergio Molina, cuyo tiro cruzado salió desviado. La réplica fue para Pallarés, que estrelló el cuero en el poste derecho de Reguero. ?El primer inconveniente para Manolo Zuñiga llegó cuando se llegaba al cuarto de hora: se produjo una lesión del lateral izquierdo Juanlu; el segundo inconveniente llegó también en forma de lesión, cuando Moreno se retiraba dando paso a Carrascosa, Manu Maya pasó al lateral y Carrascosa se alineó como hombre más incisivo.
Con 24 minutos transcurridos y un ligero dominio sobre el esférico para los almerienses, este dominio que no se transformaba en ocasiones de gol. Los manchegos tenían más problemas que los foráneos, ya que querían tocar pero no se encontraban en el campo, por lo que las imprecisiones persistían, agudizándose en la parcela ofensiva. Los de Francisco, en la segunda parte, se acercaron a la meta rival, pero Reguero impidió el tanto rojiblanco. La segunda mitad estaba siendo de los mineros, con el clásico juego industrial, el de toque. Pelegrina abrió la lata y un minuto más tarde, se produjo un penalti a favor del Almería B, que transformó José Ramón para igualar el partido.