El juzgado de Sueca (Valencia) que investiga la responsabilidad penal en el accidente del Medusa Festival de Cullera de 2022, donde murió un joven de Daimiel (Ciudad Real) y varias decenas resultaron heridas, ve «indicios suficientes» de delito contra el organizador y varias de las empresas encargadas del montaje.
Murió el joven y hubo varios heridos
El 13 de agosto de aquel año murió un joven y decenas más resultaron heridos tras el derrumbe de varias estructuras durante el vendaval de un reventón térmico, que se vinieron abajo y atraparon a docenas de los miles de jóvenes que abarrotaban el recinto.
Uno de ellos, un chico de 21 años de Daimiel, murió y una treintena de asistentes -la cifra final nunca se concretó pues la mayoría abandonó el recinto del festival en coches particulares- tuvo que ser trasladada a centros hospitalarios. El desalojo de las cerca de 50.000 personas que había en ese momento en el interior del recinto se produjo en menos de media hora.
Ahora, en el auto de incoación de procedimiento abreviado, el juzgado señala que, una vez acabada ya la instrucción, las acusaciones pueden presentar ya sus escritos de calificación por los delitos de homicidio y lesiones por imprudencia grave para abrir juicio o para el archivo de la causa.
El juez también señala en su auto a las empresas responsables del montaje de las estructuras, así como a la mercantil que redactó el proyecto de actividad de la instalación y el organismo de certificación administrativa (OCA) que da el visto bueno a las instalaciones, y archiva el procedimiento contra los responsables del Ayuntamiento de Cullera.
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Documentación insuficiente del proyecto
El auto concluye que «la documentación del proyecto de actividad era insuficiente. En ella no se describen todas aquellas estructuras consideradas auxiliares. Esto ha provocado que se monten sin supervisión de los técnicos responsables».
«Los anclajes fallaron por fallos de definición y de montaje. Algunos porque no existían y otros por ser insuficientes, con una resistencia al arranque muy inferior a la fuerza de tracción que se necesitaba para resistir las tracciones provocadas por el viento», añade.
Tras conocer ese auto, desde la organización del Medusa Festival se ha indicado que, «con el máximo respeto hacia la decisión judicial», no comparten el fundamento de su imputación.
Recuerdan que un auto del Tribunal de Instancia de Sueca reconoce «expresamente que el representante legal de la promotora ‘no está aparente y directamente implicado con las supuestas omisiones y deficiencias en el proyecto ni con los errores de montaje'».
Tras reiterar su «confianza en las empresas y técnicos que intervinieron en la organización del festival, todos ellos acreditados, con amplia experiencia y sin ninguna tacha hasta la fecha», han confiado en que «se acreditará que los hechos se debieron únicamente a un trágico accidente inevitable por rachas de viento de más 120 km/h que azotaron alguna zona del festival, según el propio informe de Aemet que obra en autos».
Este festival cerró el pasado mes de agosto su undécima edición con una asistencia de 180.000 personas en cuatro días, según señaló entonces la organización, lo que lo consolida como el evento de música electrónica más grande celebrado en España.