jueves, 25 de abril de 2024
La Cañada del Mostajo, después del paso de la maquinaria pesada, según la Sociedad Entomológica y Ambiental de CLM
La Cañada del Mostajo, después del paso de la maquinaria pesada, según la Sociedad Entomológica y Ambiental de CLM
Le piden al alcalde "que no se pliegue a los intereses de un maderero" - 24 febrero 2021 - Cuenca

La Sociedad Entomológica y Ambiental de Castilla-La Mancha ha dirigido una carta al consejero de Desarrollo Sostenible, José Luis Escudero; al delegado de Desarrollo Sostenible en Cuenca, Rodrigo Molina; y al alcalde de Cuenca, Darío Dolz, en la que les pide, respectivamente, que paren las supuestas talas abusivas de árboles en la Cañada del Mostajo, en la Serranía de Cuenca (de propiedad municipal), «hasta que se investiguen y aclaren las presuntas irregularidades que denuncia la asociación Ecologistas en Acción sobre la insuficiente autorización de la obra», «se revise la gestión forestal que se lleva a cabo en este parque natural incluido en la red Natura 2000», y que (el Ayuntamiento) «no se pliegue a los intereses económicos de un maderista».

Habla la Sociedad Entomológica y Ambiental de CLM

Para dicha Sociedad, «este paraje es una zona de alto valor natural bien conocida por entomólogos y botánicos, con hábitats vegetales protegidos y gran diversidad de insectos, especialmente mariposas protegidas».


Por ello, y «con el fin de que las administraciones responsables de este magnífico monte, incluido en el parque natural de la Serranía de Cuenca, recapaciten sobre el tipo de gestión forestal que se está llevando a cabo en la zona», han escrito la mencionada carta abierta.

Denuncian talas abusivas en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca

En la misiva, el colectivo conservacionista recuerda que «el delegado de la Consejería de Desarrollo Sostenible de Cuenca ha justificado la obligatoriedad y perentoriedad de eliminar la madera muerta generada por la nevada de 2018, para evitar plagas». A ello contestan que «retirar la madera muerta de nuestros bosques es un tema controvertido, existe suficiente evidencia científica que desaconseja esta práctica de forma sistemática y así se recoge en los manuales de Gestión Forestal Sostenible».

Y es que, añaden: «La madera muerta, además de desempeñar un papel crucial en los ecosistemas forestales, formando parte de procesos ecológicos fundamentales (formación de suelo, balance hídrico, ciclos de nutrientes), contribuye de una manera muy importante a la biodiversidad del bosque. Constituye la fuente de alimento para los organismos saproxílicos, que dependen durante parte de su ciclo vital de la propia madera muerta o senescente de árboles moribundos o muertos, caídos o en pie; o bien de hongos de la madera o de otros saproxílicos. Es además el refugio de muchos otros invertebrados y vertebrados (aves, mamíferos, reptiles y anfibios)».

«Por esta razón, la retirada de la madera muerta tiene que estar debidamente justificada por el riesgo que genera una posible plaga», insisten. «En el caso los escolítidos, escarabajos de la familia de los gorgojos que causan las plagas más temidas, retirar la madera dos años después de muerta es completamente ineficaz».., ponen como ejemplo, y añaden que «la madera muerta es importante para muchos otros animales, como otros insectos».

Es por lo anterior, que recuerdan «la importancia de conservar todos los elementos que forman parte del ecosistema forestal y realizar un aprovechamiento de los recursos madereros de forma compatible con su conservación, puesto que la información y la tecnología la tenemos a nuestro alcance».

Ecologistas: “Los árboles talados en la Serranía de Cuenca estaban sanos”

«Sin entrar a valorar» subrayan «el aprovechamiento abusivo de madera verde y la elección de técnicas de aprovechamiento que son -cuando menos- cuestionables en un parque natural y espacio Natura 2000, sobre hábitats forestales de importancia comunitaria, y afectando a recursos naturales protegidos, la Sociedad Entomológica y Ambiental de Castilla-La Mancha considera inaceptable esta actuación».

Explican su parecer diciendo que «se trata de una zona de alto valor ecológico, incluyendo hábitats protegidos y especies amenazadas, que ha sido utilizada como zona de tránsito de maquinaria pesada y zona de arrastre y apilado de madera, en una época en la que las lluvias y nieves abundantes, y más aún este año, hacen que el suelo sea muy sensible a la acción de la maquinaria».

Este colectivo cree que las consecuencias de la acción están por llegar: «Por sí solas, las alteraciones visibles sobre el suelo y la vegetación bastan para calificar este suceso como una catástrofe ecológica, sin embargo tememos que lo peor está por llegar, y que las consecuencias de esta actuación sobre el régimen hídrico de la pradera sean irreparables. Es muy posible que se pierdan las condiciones de temporalidad e hidromorfía en gran parte de la superficie, y con ellas las plantas que dependen de estas condiciones, y tras las plantas nutricias, los insectos; y tras los insectos, parte de la funcionalidad y de los servicios que nos presta el ecosistema».

Por ello, a la Delegación de Desarrollo Sostenible de Cuenca se dirige para decirle que «algo está fallando si este tipo de actuaciones, que difícilmente casan con los objetivos del plan de ordenación de los recursos naturales y del plan de gestión del espacio Natura 2000, y que afectan gravemente al suelo, al agua, y destruyen hábitats protegidos y especies amenazadas, tienen cabida en ella».

Po último, concluyen: «La actual corporación municipal de Cuenca se debe a los ciudadanos que la hemos elegido para administrar -entre otras cosas- nuestro magnífico patrimonio forestal. Le pedimos que no se pliegue a los intereses económicos de un maderista. Es triste tener que recordar esto en pleno siglo XXI, pero el bosque, nuestro bosque, vale mucho más que la madera que contiene».

 

 

 

 

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