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viernes, 29 de marzo de 2024
NI DEVOLVERÁN 10 EUROS POR DÉCIMO NI SE REPETIRÁ EL SORTEO - 27 diciembre 2019
Agustín Yanel Agustín Yanel

Quien haya escuchado decir que la entidad pública Loterías y Apuestas del Estado va a devolver 10 euros de cada décimo no premiado el 22 de diciembre, porque se produjo un «grave error» en el sorteo, que no se moleste en acercarse a una administración para intentar cobrar ese dinero: ni existió tal error ni van a devolver nada;  es un bulo, una información falsa como tantas otras que se divulgan por las redes sociales cada día. Ésta es la parte negativa de un instrumento muy útil para comunicarse, pero que se debe utilizar con sentido común.

Todo el proceso del sorteo extraordinario de la lotería de Navidad se realiza en público, retransmitido por televisión y presidido por una mesa con varias personas que controlan que el desarrollo sea correcto. Las bolas están en una tolva, que tiene un orificio amplio en la parte inferior con un cilindro de plástico flexible para que salgan; un funcionario encaja esa tolva en el bombo, introduce en éste el cilindro, abre el mecanismo de salida y las bolas entran en el bombo para que los niños de San Ildefonso comiencen a extraerlas y a cantar números y premios.


Las normas del sorteo establecen que si alguna bola rebota y cae al suelo durante ese proceso de  vertido al bombo, el funcionario debe recogerla e introducirla con su mano en el bombo. Eso es lo que ocurrió en el sorteo de este año: una bola cayó al suelo, un operario la recogió y se la dio al que ajustaba la tolva al bombo, éste la llevaba en su mano derecha mientras abría el mecanismo de salida de la tolva y la introdujo en el bombo donde a continuación cayeron todas las demás. Pero como no se vio con claridad que lo que metía en el bombo era una bola, la imaginación de algunos adictos a las redes sociales voló y empezaron a especular con todo tipo de comentarios: que si ese trabajador ocultaba algo, que si esa bola podía estar imantada, que si ha habido tongo…

Teorías absurdas sin ningún sentido

Una vez divulgadas a los cuatro vientos todo tipo de teorías -por supuesto que sin ninguna comprobación ni prueba-, otros completaron el bulo con distintos comentarios. La siguiente conversación, real, se produjo en un bar de Talavera de la Reina -y seguro que ha habido otras muchas similares en cualquier lugar- entre un matrimonio que aparentaba no llegar a los 40 años, otro cliente de parecida edad y el camarero:

– ¿Os habéis enterado del tongo de la lotería? Tienen que repetir el sorteo el día 26 de diciembre.

– Yo he oído que van a devolver el 50 por ciento de los décimos no premiados.

– Pues tenían que devolverlo todo, porque esto es un escándalo.

– Es que ha sido descarado. Y qué casualidad que al hombre que metió una bola con la mano en el bombo, que yo he visto en un vídeo cómo lo hacía, le ha tocado el gordo y ha enseñado tres décimos premiados que dice que compró por una corazonada. ¡Qué sinvergüenzas!

Esa tontería de que iban a devolver el 50 por ciento de los 20 euros de cada décimo no premiado ya circuló por las redes en 2015 y fue desmentida, volvió en 2017 y también fue desmentida, y ahora la han puesto de nuevo en circulación. Maldita.es, una organización de periodistas que se dedica a verificar este tipo de afirmaciones y comentarios para comprobar si son ciertos o no, ha demostrado que eso es un bulo, una falsedad.

Una fotografía manipulada con tres décimos del Gordo

Tampoco es verdad que el hombre que muestra una fotocopia con tres décimos premiados, cuya imagen ha corrido como la pólvora por las redes sociales, sea el mismo funcionario que introdujo en el bombo la bola caída al suelo. Es un vecino de Salamanca que compró los décimos a su nieto, alumno de la Escuela de Judo Seiza de esa ciudad, que fue agraciada con el Gordo. La fotografía la publicó El Norte de Castilla el 22 de diciembre, alguien la manipuló, cambió la cara del salmantino agraciado por la del funcionario de Loterías y la lanzó por las redes. Y quizá quien llevó a cabo esa estupidez pensó que hacía algo gracioso.

Estos son solo algunos ejemplos del peligro que tienen las redes sociales cuando se utilizan sin sentido común. Los bulos no tienen consecuencias cuando se trata de un concurso de lotería -como mucho, que algunos ingenuos se acerquen a una administración para cobrar 10 euros de un décimo no premiado y el vendedor o vendedora se carcajee-, pero también se divulgan otros que son muy dañinos y responden a oscuros intereses. Sirvan, como ejemplo, los datos falsos que se difunden sobre la inexistente paga o los supuestos beneficios sanitarios que reciben los inmigrantes que entran en España sin documentación o sobre la nacionalidad de los condenados por agresiones sexuales diciendo que la mayoría son extranjeros, cuando los datos reales demuestra justo lo contrario. Algunos políticos también lanzan bulos o se aprovechan de ellos y, lamentablemente, hay quien les cree.

Twitter, WhatsApp, Facebook y otras redes sociales son un gran invento, un instrumento tecnológico extraordinario para comunicarse. Pero es necesario usarlo con sentido común, no creer todo lo que se recibe por esa vía y pensarlo dos veces antes de reenviar mensajes sin saber si es cierto lo que en ellos se dice. Y mucho menos se deben difundir mensajes que afectan a la vida privada de alguna persona, porque esos se lanzan para para hacer daño a alguien.

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