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jueves, 2 de mayo de 2024
Díaz Ayuso invitó a los 132 diputados y a otros muchos cargos a la clausura del hospital de Ifema - 03 mayo 2020 - España
Agustín Yanel Agustín Yanel

Cuando el Gobierno central y los autonómicos, la Organización Mundial de la Salud y todas las autoridades sanitarias repiten con insistencia que las personas deben guardar una distancia de seguridad para evitar contagios por el coronavirus, a nadie con un poco de sentido común se le ocurre convocar un acto multitudinario. A nadie, excepto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, que ha convertido el cierre del hospital temporal de Ifema en un acto político. Y lo peor de todo es que ella, mientras no respetaba las normas de aislamiento que su propio Gobierno recomienda, reía y aplaudía con unos cuantos palmeros a su alrededor. ¡Qué nivel!

El 30 de abril, después de 40 días de intensa actividad, el llamado hospital milagro de la Institución Ferial de Madrid ha sido cerrado -aunque sus instalaciones permanecerán, por si se repite un nuevo brote de coronavirus-, porque los hospitales de Madrid ya no están colapsados por un elevado número de enfermos como ocurrió en marzo.


El Gobierno madrileño y su presidenta no han dejado de presumir, y con toda la razón, del que ha sido el hospital más grande de España: fue instalado en solo 18 horas por el Ejército, el Servicio de Urgencia Médica de Madrid (SUMMA 112) y los Bomberos, en 85.000 metros cuadrados, con 1.300 camas y 96 UCI; en él han trabajo 360 médicos, 800 personas de enfermería, 100 celadores y centenares de voluntarios, y ha asistido a más de 4.000 enfermos.

Los diputados no pueden ir al Pleno, pero les invitaron a este acto

A la presidenta madrileña, o a quien le haya asesorado, no se le ocurrió nada mejor que invitar al acto de clausura a los 132 diputados de la Asamblea de Madrid -donde días antes celebraron un Pleno al que acordaron que solo asistiera un reducido número de parlamentarios, precisamente para cumplir las órdenes de aislamiento-, al alcalde y otras autoridades del Ayuntamiento y, por supuesto, a todos los medios de comunicación porque deben informar a la ciudadanía. El resultado, como se ha visto en las cadenas de televisión, fue exactamente lo contrario de lo que hay que hacer en la actual situación: centenares de personas arremolinadas en el recinto, las autoridades totalmente juntas unas a otras, algún que otro brazo por encima del hombro de quien estaba al lado… Un auténtico desastre, y una falta de respeto a los enfermos, a todo el personal que ha trabajado allí y a la ciudadanía en general.

Lo único que ha diferenciado esa clausura de un acto político de partido es que las personas allí concentradas llevaban mascarilla. Y, ante la polémica que ha provocado, la presidenta madrileña ha tenido que pedir disculpas, una vez más, y ha querido justificar semejante desatino en que «hay veces que la emoción te puede, y allí se vivió algo especial». También se han disculpado el alcalde, la vicealcaldesa y otras autoridades. Estaban obligados a hacerlo.

Protestas y aplausos a la presidenta madrileña

Un grupo de sanitarios recibió a Díaz Ayuso y su comitiva con gritos como «que no, que no, que no nos representan», «postureo, postureo» o «Sanidad pública». Ella prefirió mirar a otros que la aplaudían, aplaudió con ellos, se fotografió con quienes se lo pidieron e incluso se subió a una caravana de comida y repartió algunos bocadillos mientras bromeaba. ¡Qué ejemplo de respeto a las normas!

Tras el lamentable le espectáculo, criticado por toda la oposición, Díaz Ayuso declaró que había sido algo «espontáneo», porque muchos sanitarios habían querido acudir para despedir a sus compañeros que han trabajado en ese hospital temporal. Pero fuentes de su Gobierno, en cambio, han dicho a la cadena SER que la aglomeración se produjo porque Podemos convocó a «dos docenas de profesionales sanitarios que estas semanas no han estado trabajando en Ifema». Cuando no existen argumentos serios para explicar lo que es inexplicable, como una invitación masiva a ese acto en época de confinamiento, se dicen muchas simplezas y tonterías.

Si Isabel Díaz Ayuso pretendía sacar rédito político al acto de cierre del hospital de Ifema, haciéndose la foto, ha hecho mal. A los electores, también a los que votan al PP, probablemente no les habrá gustado que algo tan grave como esta pandemia, que ya ha provocado más de 216.000 diagnosticados y más de 25.000 muertos -de ellos, más de 66.000 positivos y más de 8.000 muertos en Madrid-, sea utilizado con fines partidistas, aunque se lleve mascarilla.

Conviene recordar que las últimas elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid las ganó el PSOE, con Ángel Gabilondo a la cabeza. Con Isabel Díaz Ayuso, a quien Pablo Casado impuso como candidata, el PP perdió 18 escaños respecto a los comicios anteriores, pero gobierna con Ciudadanos gracias a los votos de la ultraderecha de Vox. En los nueve meses que lleva en el cargo ha demostrado que le viene grande esa responsabilidad y no ha dejado de protagonizar polémicas, la última ésta de la Institución Ferial de Madrid (Ifema). Y seguirán muchas más. Y si no, al tiempo.

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