lunes, 6 de mayo de 2024
21/02/2013junio 13th, 2017
César del Río César del Río

Juan Francisco López Aguilar fue ministro con ZP de un Gobierno que votó en contra de la dación en pago. No hace mucho de aquello. Pero él, ¡cómo son los políticos!, se quiso colar de rondón el sábado 16 en el último tramo de una manifestación que clamaba contra los desahucios. Así le fue. Llegaba el pelotón enfurecido y sudado tras unos cuantos kilómetros de pateo y gritos por la rúa madrileña (y anda, que se cortan estos un pelo) y le dijeron que «verdes las han segao», que cogiera su porte dandy y la caricatura de sí mismo, que las dibuja de maravilla, todo hay que decirlo, y se fuera a… Pues ahí al lado, pero un poco más lejos, claro.

Le acompañaba la estrella más política y mediática del momento, la joven de Guadalajara Beatriz Talegón, que hasta hace poco más de una semana vivía «perdida» por esos mundos europeos de Dios y que triunfó en la portuguesa Cascais tanto como lo hiciera Massiel en Eurosivisón no recuerdo ahora muy bien dónde. Entonces toda la España del blanco y negro pendiente de la televisión y años más tarde la siguiente generación enganchada a youtube para ver una actuación que nos dejó…


La, la, la, la, la, la, la… (entonen, por favor).

Socialista e internacional, ahí es nada. Primero los (nos) dejó locos con sus hoteles de cinco estrellas y sus coches de lujo y días más tarde regresaba a España y casi ni la dejan bajarse del avión por el multitudinario recibimiento que la hicieron. De programa en programa, su revolución comenzó a realizarse en platós «prime time» del sábado noche tanto como el Ché intentaba hacer la suya enfangándose entonces entre las escarpadas colinas de la cubana Sierra Maestra.

Talegón ya es un ídolo allá donde pise.

Lo que significa que estamos necesitados de chutes de adrenalina que nos hagan salir del sopor en el que estamos inmersos y Talegón fue uno de ellos. A pesar de los mandobles que le pegaron tres miembros de las Juventudes Socialistas de España a las que perteneció y que se mostraron de acuerdo con cambiar el lujoso hotel por una pensión de la Rúe del Percebe y el coche por un cuatro latas de esos que podías asomar la cabeza por el techo. Más acorde a las circunstancias actuales, que a este paso así vamos a acabar.

A cada uno lo suyo.

No he oído voces contrarias al discurso que realizó. Al fondo, me refiero. Porque quien piense con cierta lógica lo hará suyo. Sus palabras, digo. Otra cosa son las acusaciones de que Talegón no ha predicado con el ejemplo en su vida anterior, pero ésa es otra historia.

Desde luego, le faltó rematar el fin de semana pisando la alfombra roja (sí, sí, precisamente de ese color) y entrando glamurosa total en la gala que premia a los mejores del cine español. No les voy a contar lo que hubiera sucedido porque ya sé que se lo están imaginando todos ustedes.

De ese salón lleno de vestidos prêt á porter y esmóquines ad hoc no hubiera tenido que salir por patas. Seguro que no.

Y el Goya a la mejor interpretación es para… ¡Blancanieves!

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es

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