domingo, 19 de mayo de 2024
19/02/2015junio 8th, 2017
César del Río César del Río

Tengo la sensación de que más allá del tremendo fraude fiscal cometido, a los ciudadanos lo que les interesa de verdad es quiénes son y cuántos milloncetes de ná tienen todos aquellos que han aparecido en la famosa lista Falciani (yo, de momento, no), ésa que ha dejado al descubierto a 100.000 evasores fiscales (sí, sí… ¡¡¡100.000!!!; ja, ja, ja… Y no es de cachondeo, no, no…) que tienen en Suiza una ristra de millones que se los guardaban en el secreto más absoluto mientras que a usted y a mí como nos descuidemos unos céntimos de euros van como sabuesos detrás nuestro para que nos sigan recordando que además de pobres, tengan ustedes cuidado que les apaleamos. Un ejemplo más de la vida misma, tampoco hay que exacerbarse por encima de lo normal.

De estos 100.000 clientes, hay unos cuantos españoles, concretamente 2.694. Pobres, que los han «pillao». Y al margen de que hayan o no regularizado sus culpas con la Hacienda patria, que es lo que más nos debería preocupar, no vendría pero que nada mal una sanción ejemplar a todos aquellos que sacaban sus billetes a orear fuera del país a la vez que el fisco presionaba de forma continua tanto a las clases medias como a los desclasados (vamos, los que ya no saben lo que es un billete) españoles durante la última década. O más.


Falciani es nuestro héroe. El muy cabroncete. Ha dejado al descubierto cómo son los pañales de los ricos más ricos entre los ricos. ¡Hasta las religiosas de San José de Gerona tenían dos cuentas en el HSBC suizo con 2.4 millones!

Que el Papa, y Dios de paso, nos pille «confesaos»…

Todo esto evidencia algo que sabemos y que no por ello deja de sorprendernos cuando estos asuntos salen a la luz: el que tiene dinero suele seguir haciendo lo que le da la gana por encima del bien, del mal y de quien dice que tiene que controlarlos. Entiendo que la ganancias del banco en cuestión, a cambio del silencio sobre sus presuntos defraudadores con las Haciendas de sus países, fueron tan suntuosas como para abrir listas Falciani a troche y moche.

Y que el dinero casi todo lo silencia es obvio. Esto es solo un ejemplo más.

¿De verdad les sorprende? Creo que no.

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es

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