viernes, 17 de mayo de 2024
10/10/2013junio 12th, 2017
César del Río César del Río

«Nuestro compañero es fuerte, es grande y así nos lo han hecho saber los médicos también, pero hay que ir con paciencia y le arroparemos entre todos, para lo que necesite.

Gracias por todos los mensajes de apoyo y de ánimo, personalmente se los haré llegar en cuanto pueda.


Gracias a todos los compañeros, Policías Locales, Policías Nacionales y a los nuestros, esta gran familia que es la Guardia Civil que se han volcado en lo sucedido sin dudar ni un sólo segundo.

En definitiva, gracias a todos por su colaboración y apoyo. Como digo, siempre a seguir y seguiremos…».

Acaban de leer las palabras llenas de emoción y de rabia que escribió en las redes sociales uno de los compañeros en el cuartel de Illescas del guardia civil que el sábado por la noche tuvo la mala suerte de encontrarse con tres individuos que no tuvieron ni el más mínimo reparo en disparar su pistola para evitar que les detuvieran tras el atraco que acababan de cometer en un supermercado de Yuncos (Toledo), prácticamente en el límite con la comunidad de Madrid y terreno propicio y caliente (a la zona de La Sagra me refiero) para que los delincuentes crucen la linde de la capital, peguen el palo y vuelvan por donde han venido.

Tres individuos a los que la vida de los demás les importa un carajo con tal de que tengan el camino libre.

Guardia civil o policía, local o nacional, o cuando su existencia es cuestión de un suspiro.

Tuve la oportunidad hace ya unos años de realizar un reportaje para la revista ECOS de cómo era una madrugada de patrulla con los guardias diviles del cuartel de Illescas, de donde es el agente herido y la persona que escribió las palabras que dan inicio a esta opinión.

Tipos jóvenes y suficientemente preparados. De físico y de cabeza, sobre todo de esta última. Con escrutar la mirada del que pasa a su lado saben perfectamente por dónde van a ir los tiros. Y lo que se juegan. Currículos llenos de éxitos, casi la crème de la crème.

Hay veces que uno piensa que hay que estar un poco «loco» para tener un oficio en el que la pistola es como para usted y para mí las llaves de casa, fundamentales. Maman y aman el oficio, ahora que acaban de celebrar el Día de la Policía y que está llega el de la Guardia Civil.

Pero a veces también sufren reveses, la vida misma…

Suerte para el agente herido.

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