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viernes, 29 de marzo de 2024
Page en Bruselas - 07 febrero 2018 - Toledo
Mar G. Illán Mar G. Illán

Castilla-La Mancha, y concretamente Toledo, será escenario de uno de los foros que a lo largo de este año se organizarán en los estados miembros de la Unión Europea para debatir y definir cómo va a ser la UE post Brexit, la que queda tras la salida de Gran Bretaña y de los fondos que aporta al Presupuesto comunitario.

Uno de esos foros será en Toledo. Es una de las decisiones que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha traído en la cabeza de su reciente visita a Bruselas, en la que, como hemos ido informando, se entrevistó con el topoderoso Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea, para hablar de agua y transporte, entre otros asuntos.


Castilla-La Mancha defiende una Unión Europea basada en criterios de cohesión y decidida a pelear porque los fondos que la garantizan -y que tanto han beneficiado a territorios europeos como nuestra comunidad autónoma-,  no sean los más perjudicados con la reducción presupuestaria.

Por eso, Page suscribió la Alianza por la Cohesión con el presidente del Comité de las Regiones, Karl Heinz-Lambertz, con la idea de sumar y sumarnos a la defensa de una Europa que cree en la cohesión social y económica, en la convergencia fiscal y que lo defiende y lo practica aprobando un reparto de fondos que tengan en cuenta criterios de solidaridad.

En ese contexto se enmarca el foro en el que ya trabaja la administración castellano-manchega y para el que aún no hay fecha concreta, salvo que será en los próximos meses.

Castilla-La Mancha «atlántica»

La visita de Page a Bruselas para entrevistarse con diferentes responsables, es la primera ronda de encuentros que tiene como fin que los gobiernos de Portugal, Castilla-La Mancha y Extremadura pidan al unísono el respaldo de la UE a la alta velocidad Madrid-Lisboa, muy importante para las expectativas de crecimiento de esta región y de algunas de sus zonas más deprimidas, como Talavera y su comarca. Por primera vez se sientan juntas Portugal, Castilla-La Mancha y Extremadura con Bruselas. Y lo han hecho con la intención de continuar la estrategia hasta que se logre el objetivo.

Y es que no solo se trata del AVE, que ya era de por sí un objetivo suficientemente importante y reivindicado en estos territorios. En un mundo global e interconectado, el desdoblamiento del Canal de Panamá y los acuerdos comerciales a la vista con países suramericanos ha recolocado el suroeste de Europa en un oferta atractiva para conectar el transporte de mercancías y viajeros de ambos continentes. Y en esa oferta, Castilla-La Mancha aporta más de 80.000 kilómetros cuadrados de obligado paso.

Que triunfe el eje atlántico, con Lisboa como puerto principal de entrada y salida en vez de Rotterdam, una poderosa rival a efectos de comercio internacional, depende, en parte, de iniciativas como la que se ha llevado a cabo en enero: que todos los afectados defiendan lo mismo, juntos, en el mismo lugar y al mismo tiempo, más allá del color político de sus gobiernos, ya sean estos nacionales como en el caso de Portugal; o territoriales, como Castilla-La Mancha o Extremadura.

El agua y el duro pulso de Bruselas con el Gobierno de España 

El agua, y muy especialmente el Tajo, fueron otro de los ejes de la visita del presidente de la Junta. Page se fue convencido de que las instituciones europeas están contra el trasvase, exigen mejor depuración de aguas y el uso de desaladoras. Y ha vuelto muy consciente del tenso y duro pulso entre el Gobierno de España y Bruselas en la «negociación» de las recomendaciones que emitirán las autoridades comunitarias sobre este asunto.

Solo queda verlo.

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