miércoles, 24 de abril de 2024
01/12/2016junio 7th, 2017
Agustín Yanel Agustín Yanel

Los políticos, tanto los tradicionales como los nuevos, sorprenden con demasiada frecuencia a la ciudadanía por decisiones o actitudes que son totalmente contradictorias con lo que predican. Sorprenden y preocupan, porque la coherencia y el buen ejemplo son normas que siempre debería cumplir un político. Quien quiera dedicarse a la política tiene que olvidar ese conocido refrán que dice «del dicho al hecho hay mucho trecho» y no aplicarlo nunca.

En Ciudadanos, el partido de Albert Rivera, se presentan como los grandes luchadores contra la corrupción, los regeneradores de la vida política y, también, como los defensores de los trabajadores autónomos. Parece que nadie hubiera actuado en esas materias hasta que llegaron ellos, y no son el único partido que actúa de esta manera. Pero en la práctica no es oro todo lo que reluce.


La periodista Inma Lucas fue contratada como jefa de prensa de Albert Rivera. En julio de 2015 el médico le dio la baja laboral, por un embarazo de riesgo de gemelos, y el partido contrató a otra persona para ese trabajo. Cuando ella recibió el alta y regresó, tras 10 meses de baja, no volvió a su puesto sino que fue destinada a realizar tareas de comunicación en el grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Barcelona.

ACUSADOS DE ACOSO LABORAL

Ella sostiene que le asignaron «funciones irrelevantes» y que fue humillada «personal y profesionalmente» para que dejara el trabajo voluntariamente y no pretendiera volver al puesto para el que había sido contratada en su día. Dejó el trabajo y presentó una demanda por acoso laboral contra C’s, Rivera y otros dirigentes. El partido ha llegado a un acuerdo con ella, antes de celebrar el juicio, y le ha pagado una indemnización.

Un dato significativo: Inma Lucas no estaba contratada como trabajadora de la plantilla de Ciudadanos sino que, según la demanda, era una falsa autónoma, es decir, que estaba dada de alta como autónoma pero su situación real era la una trabajadora por cuenta ajena, porque dependía a todos los efectos de ese partido político.

La casualidad ha querido que el mismo día en que se conocía esa noticia, el 30 de noviembre último, Albert Rivera defendía en el Pleno del Congreso de los Diputados la primera ley que presenta Ciudadanos en esta legislatura, en la que propone distintas medidas urgentes para mejorar la situación de los trabajadores autónomos.

LOS AUTÓNOMOS, PEOR QUE EL RESTO

«Los autónomos tienen lo peor de ser trabajadores», afirmó Rivera, porque, «tienen menos derechos que el resto de trabajadores». Entonces, ¿por qué tenía a una jefa de prensa que no pertenecía a la plantilla de Ciudadanos y estaba contratada como autónoma de manera irregular, según la demanda?

Si Rivera dice que los trabajadores autónomos están en peor situación que los demás y propone reformas legales para ayudarlos, ¿por qué tenía a una estrecha colaboradora contratada como falsa autónoma? Incoherencias de la vida.

El diputado Joan Capdevila, de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), con ironía, recordó a Rivera su incoherencia. «Sabe a poco su proyecto», le dijo, «y olvida su señoría el tema de los falsos autónomos. Hoy la prensa dice que tuvieron una en casa, ya es mala suerte».

Este caso afecta a Ciudadanos, pero la incoherencia es algo demasiado frecuente en muchos dirigentes de los partidos políticos. Si quieren que la ciudadanía se convenza de que ellos pueden empezar a cambiar la situación, deberían empezar por ser coherentes y hacer en la práctica lo que dicen cuando hacen declaraciones a los periodistas o en el Parlamento.

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