Agustín Yanel
Las elecciones celebradas el domingo en el País Vasco han vuelto a demostrar algo más que sabido pero que, por lo que se ha visto de nuevo, los partidos situados a la izquierda del PSOE no quieren o no saben ver: el electorado castiga a quienes, aunque ocupan un espacio ideológico similar, se presentan divididos en varias candidaturas. En 2020, Izquierda Unida y Podemos se presentaron en coalición y lograron seis escaños; ahora, Podemos se ha presentado separado y ha quedado fuera del Parlamento vasco, y Sumar ha conseguido solo un escaño que corresponde a un candidato de IU (Ezker Anitza-Izquierda Unida).
Ya les ocurrió lo mismo en las elecciones de Galicia en febrero pasado, cuando Sumar y Podemos concurrieron por separado y quedaron fuera del Parlamento autonómico. Habían alcanzado un preacuerdo para presentarse en una única candidatura, pero Pablo Iglesias pidió a sus seguidores que no aceptaran ir con Sumar y votaran al Bloque Nacionalista Galego, y le hicieron caso.
La izquierda pierde concejales y diputados cuando se presenta dividida
En las elecciones municipales de 2019 también sufrieron en distintos ayuntamientos las consecuencias de concurrir en varias listas a la izquierda del PSOE. En Talavera de la Reina, por ejemplo, perdieron los cuatro concejales que había obtenido Ganemos Talavera en 2015. En Toledo capital perdieron dos asientos en la corporación municipal.
En la vida política hay personas que actúan guiadas más por su ego personal que por el interés general de la ciudadanía, aunque a diario se les llena la boca proclamando lo contrario. Y así les va.
Los psicólogos no recomiendan utilizar la técnica de enviar a los niños al rincón de pensar cuando se comportan mal, porque se ha demostrado que así no mejoran su conducta. Pero, tras los resultados de estas elecciones, algunos responsables de los partidos situados a la izquierda del PSOE, que son personas adultas, deberían pasar por un hipotético rincón de pensar para ver si ahí son capaces de reflexionar y entender que, si quieren obtener mejores resultados, deben dejar a un lado sus intereses personales o de partido. Si no están dispuestos a ello, deberían abandonar la vida política y dedicarse a otra cosa.
El Partido Nacionalista Vasco (PNV) ha ganado las elecciones en número de votos, aunque ha perdido cuatro escaños y ha empatado a 27 con EH Bildu. Los peneuvistas pueden estar muy satisfechos, porque seguirán gobernando en coalición con el PSE-PSOE como hasta ahora desde el año 2020.
EH Bildu logra un resultado histórico pero no ha superado al PNV
EH Bildu ha logrado un resultado histórico, con seis escaños más de los 21 que tenía; pero, en contra de lo que vaticinaban casi todas las encuestas, no ha superado al PNV. La polémica durante los últimos días de la campaña, cuando su candidato a lendakari, Pello Otxandiano, no quiso calificar a ETA como grupo terrorista, parece que les ha perjudicado poco o nada.
El PSE-PSOE también tiene muchos motivos para estar satisfecho, porque ha subido de 10 a 12 escaños y vuelve a ser de nuevo la llave para constituir el próximo Gobierno vasco. No hay ninguna duda de que gobernará con el PNV.
El PP ha tenido siete escaños, uno más de los seis que obtuvo hace cuatro años cuando concurrió junto con Ciudadanos, pero no ha logrado uno de los objetivos que pretendía Alberto Núñez Feijóo: que Vox desapareciera del Parlamento vasco. El partido de Santiago Abascal ha conservado el único escaño que tenía.
Estos resultados dejan muy tranquilo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Ni el PNV ni EH Bildu, sus socios en el Congreso de los Diputados, van a plantearle exigencias que vayan más allá de lo que acordaron sobre aumentar el autogobierno vasco en el pacto que firmaron para apoyar su investidura. Y tampoco van a plantear la independencia del País Vasco, en contra de lo que hacen los nacionalistas catalanes. La actual legislatura continuará siendo complicada para Sánchez, porque tendrá que negociarlo todo, pero las elecciones vascas le han dado un buen respiro.