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28/11/2011junio 14th, 2017
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Hay varias cosas que Emiliano García-Page ha hecho bien en su carrera política. Una, esperar sin desesperar que llegara su momento. Otra, saber reconocerlo y dar el paso adelante necesario para hacerlo realidad.

Su carrera política está plagada de ejemplos, aunque me quedaré con el más simbólico de todos y el que, en mi opinión, le salvó de la quema generalizada de liderazgo que hoy padece el PSOE casi en toda España y en Castilla-La Mancha.


No fue ganar las elecciones en Toledo hace seis meses, cuando casi todos los demás perdían. La semilla de esta cosecha la plantó en 2007.

Me refiero a que por aquel entonces supo leer que tenía que abandonar los mullidos asientos del Gobierno de Castilla-La Mancha, que presidía José María Barreda, y dar un salto al vacío presentándose a las municipales en Toledo frente a José Manuel Molina. No fue un decisión fácil ni rápida. La meditó y la sopesó abundantemente, pero al final tuvo claro que tenía que salir del Ejecutivo. Por muchas razones.

Era el momento de dar un paso adelante y se arriesgó. La victoria de Barreda estaba cantada, mientras que su llegada a la Alcaldía era harto díficil. Lo consiguió por la mínima cuando los candidatos socialistas empezaban a retrocer en toda España y se aupó a una dimensión distinta cuyo tamaño no ha hecho más que crecer desde mayo de 2007

Ahora vuelve a estar en una encrucijada. Si acierta, seguirá creciendo. Si falla, lo habrán devorado lo suyos a la vuelta de unos años.

Todos le miran a él para liderar el partido en Castilla-La Mancha. Y algunos le apuntan como una opción a la Secretaría General del PSOE español, una quiniela minoritaria, muy lejos de sus metas en estos momentos, pero que le ha dotado de una gran visibilidad en toda España.

Que tiene que dar un paso al frente, es evidente. Me apunto a los consejos de su amigo Fernando Muñoz, «Cuco» para todos. El presidente del Grupo Socialista en la Diputación de Toledo, conocedor de las tripas del PSOE, amigo personal de Page y hombre de confianza del número dos del partido en esta provincia, Jesús Fernández Vaquero, lo dice claramente en la entrevista que publicamos hoy. Su primer consejo es que dé un paso al frente para ser un referente. El segundo, ir escalón por escalón para que la zancada no sea tan grande que saltarse el peldaño siguiente produzca una caída insalvable.

Si finalmente Alfredo Pérez Rubalcaba y Carmen Chacón se disputan la Secretaría General del PSOE, como les contábamos hace unos días en encastillalamancha.es, entre los socialistas castellano-manchegos habría fractura. José Bono y Page, con el primero; y Barreda, con la ministra.

Una complicación más para el futuro congreso regional y una situación muy a tener en cuenta si lo que está pensando Page es que le va a tocar ser el próximo secretario regional. Aunque supongo que él tiene claro que si le quieren y si lo que le piden es que asuma un cargo que más parece un ataúd político, pondrá sus condiciones para poder rediseñar libremente el nuevo PSOE.

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