El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha considerado que «se ha perdido el control de la situación» tras las últimas detenciones por presuntas irregularidades en contratos públicos, pues ha opinado que «hay demasiada espiral en crecimiento».
En una entrevista en Onda Cero, el presidente regional ha reconocido que está «muy preocupado», pues ha señalado que se están viendo «demasiados casos, demasiados», y ha señalado que hay «una espiral muy preocupante» que, si se hablara en términos aeronáuticos, se podría decir que se trata de «una nave en barrena».
Los casos «no van a parar»
Con todo, ha augurado que «no van a parar» de salir nuevas noticias sobre estas presuntas irregularidades, porque «hay demasiada espiral en crecimiento, hay muchas redes tendidas», lo que le ha llevado a afirmar que «ya se ha perdido el control de la situación, ya no es posible controlar la situación».
«Si cuando uno da con un gamberro, con un sinvergüenza, puedes soñar, como en términos médicos, con una ligera amputación de una uña, pero cuando lo que te encuentras es a un grupo muy numeroso que trabaja o en red o en todo caso se han solapado, uno piensa que de verdad en qué estaría pensando el que los ha ido nombrando», ha señalado Page.
Así, ha insistido en preguntarse «en qué estarían pensando» quien ha nombrado a los sospechosos de cometer irregularidades «para juntar a gente con esta falta de catadura, con esta desvergüenza».
Asimismo, ha señalado que cualquier persona, esté o no en política, «tiene que tener un perímetro moral, una definición moral» y en algunos puede ser «demasiado relajada, otros a lo mejor una moral muy elástica», pero ha incidido en que la moralidad «no va por sectores», de forma que si alguien es amoral en aspectos económicos, «hay que esperar que lo sea también» en otras facetas de su vida.
Y ha opinado que «la amoralidad de este grupo que cada día que pasa es un poco más extenso» -y que ha calificado de «grupo de primarios, porque sus instintos son primarios, más allá de sus orígenes políticos», no les define como socialistas.
Así, ha lamentado que aunque ahora ya no tengan el carné de socialista, «sí lo eran cuando han actuado o han tenido cargos públicos» y ha denunciado que «lo incomprensible es que lo hayan sido y sobre todo hayan tenido esos comportamientos».
«Lo que estoy empezando a pensar al haber tanta acumulación de unos temas y de otros que afectan a muchos comportamientos, es que finalmente, las barreras de moralidad, las exigencias de moralidad que se supone a la hora de configurar los equipos eran muy saltables», ha denunciado Page.
Por todo ello, ha reconocido que lo que está ocurriendo «es muy grave», pero ha añadido que sobre todo lo es «el no saber este precipicio dónde va a acabar», pues ha señalado que «es evidente que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y el funcionamiento lento, pero finalmente apisonador de la justicia va tirando de un hilo y luego de otro y luego de otro y parece que unos llevan a otros», que «define un perfil mucho más allá que anecdótico».
Además, el presidente castellanomanchego ha advertido de que estas situaciones «afectan a todo el mundo» en el PSOE y ha reprochado que haya «quien no lo quiera ver» e incluso ha considerado que «la peor estrategia que se puede tener es esconder la cabeza debajo del ala o hacer como que pasaba por allí», pues a su juicio esta actitud no conduce a nada más que «a cabrear todavía más a la opinión pública».
Por ello, ha considerado que la ciudadanía «termina buscando también al responsable», de forma que las responsabilidades deben ser de quienes estén «al frente de la situación».