jueves, 18 de abril de 2024
10/07/2013junio 12th, 2017

Carmen Lozano era peluquera, sector en el que empezó a trabajar cuando tenía 14 años. Hace 11 años se empezó a encontrar mal, pero no le dio importancia. Hace tres, le diagnosticaron el síndrome de «sensibilidad química múltiple» o, lo que es lo mismo, «la enfermedad de la niña burbuja».

Para hacerse una idea de lo que padece Carmen diariamente hay que pensar que cualquier perfume, colonia, detergente, jabón, ambientador o desodorante, por poner algunos ejemplos, provoca una reacción inmediata y «devastadora» sobre su organismo.


Por eso, si sale de casa, lo hace con una mascarilla para evitar los olores químicos que van desde el desodorante hasta el de un tubo de escape e incluso «prefiero que no me toquen, porque me queda el olor», explica Carmen, quien tiene que echar a lavar todo cuando llega a casa para que no lleguen los dolores de cabeza, la confusión, los problemas gastrointestinales…

Tendría que vivir «herméticamente cerrada» para evitar el impacto de los productos químicos en su organismo pero, «antes que eso, me muero», afirma Carmen.

«¿Sabes lo que es vivir entre cuatro paredes?», recalca Carmen quien asegura que «me costó tomar la decisión de salir con mascarilla», pero al final superó ese primer momento y sale a la calle, eso sí, bien cubierta.

La enfermedad de Carmen no tiene ni tratamiento ni cura. «No está reconocida por la OMS (Organización Mundial de la Salud)», lo que hace que sea más complicado dar con una solución.

Con todo ello, Carmen se siente «lapidada», «condenada» por el sistema a vivir con esta situación… Un sistema, el sanitario, donde la hicieron sentirse «tirada en la cuneta».

Ahora está dispuesta a no dejarse amedrentar y a dar a conocer una enfermedad que «padecen muchas personas». Para ello ha decidido «vestir» con ganchillo Ciudad Real. Concretamente van a revestir con ganchillo las peanas de Alfonso X El Sabio, El Quijote y Cervantes de Ciudad Real.

«El objetivo es darle voz a esta enfermedad y sensibilizar a la sociedad (que le ha dado todo su apoyo), porque esto nos puede tocar a cualquiera», asegura esta ciudadrealeña que a sus 45 años ha peleado por encontrar una solución a su enfermedad y, ante las dificultades que se ha encontrado, ha decidido plantarle cara y «agarrarme a la vida».

El próximo 24 de julio será el día del ganchillo en Ciudad Real con talleres en la plaza de Cervantes y la plaza del Pilar.

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