El fiscal solicita 20 años de prisión para dos de los tres atracadores que asaltaron con pistolas la sucursal de la Caja Rural de Santa Cruz de Retamar (Toledo) el 4 de mayo de 2012 y que acabaron, de un disparo, con la vida de la limpiadora de la entidad Mercedes Martín Cabrero, de 60 años.
Los atracadores serán juzgados por la sección primera de la Audiencia Provincial de Toledo la próxima semana, en concreto, los días 21 y 22.
Según el escrito de la fiscalía dado a conocer hoy, para cada uno de los principales acusados, –R.G.T. (presunto autor del disparo mortal) y M.I.C., que también iba armado con otra pistola, el fiscal pide quince años de prisión por un delito de homicidio, así como otro año y medio de cárcel por tenencia ilícita de armas, mas tres años y cinco meses por un delito de robo con violencia en grado de tentativa.
Para el tercer acusado –R.G.H.– que esperaba a sus compañeros en una furgoneta para huir, pide tres años y cinco meses de prisión por un delito de robo con violencia en grado de tentativa, ya que los asaltantes no llegaron a conseguir botín alguno tras amordazar y maniatar a dos empleadas, a la directora de la sucursal y al director territorial de la entidad, que ese día también estaba allí.
La fiscalía también pide que los principales encausados indemnicen de forma solidaria con 70.000 euros a los herederos de la mujer fallecida, que dejó esposo y una hija, que es periodista.
Los hechos ocurrieron sobre las ocho de la mañana del 4 de mayo de 2012 en la sucursal de la Caja Rural situada en la calle Generalísimo de la citada localidad.
Mientras que R.G.H. les esperaba en la furgoneta, los otros dos accedían a la entidad armados con pistolas, de las marcas Glock y BBM, que carecían de licencia.
Una vez dentro de la sucursal amenazaron con sus pistolas a dos empleados, a la directora y al director territorial, a quienes maniataron con bridas negras de plástico mientras esperaban la apertura de la caja fuerte que tenía un mecanismo de retardo de diez minutos.
Acto seguido, los atracadores preguntaron a una de las empleadas si tenía que llegar alguien más, a lo que ésta respondió que la señora de la limpieza, que en esos instantes apareció en la entidad y a la que se dirigieron los asaltantes para impedir que la mujer frustrara sus intenciones.
Al ver el panorama desde la puerta, la víctima comenzó a gritar, diciendo «Yo no, yo no, a mí no», dirigiéndose a ella los atracadores para obligarla a entrar, pero, al resistirse, uno de los delincuentes (R.G.T.) le agarró con el brazo derecho desde atrás y por el cuello, forcejeando, momento en que le disparó.
El proyectil le penetró por la zona esternal derecha y salió por la zona costal izquierda, produciendo en su trayectoria lesiones en centros vitales como el corazón, originándole un shock hipovolémico que le causó la muerte.
Tras esto, los atracadores salieron corriendo y huyeron en la furgoneta. La detención de los acusados se produjo en distintas fechas, aunque a uno de ellos se le localizó el mismo día, a otro se le detuvo en Salamanca días después y el tercero se entregó en Toledo en julio de ese año.