viernes, 19 de abril de 2024
Se la liaron a un señor mayor 26/11/2011junio 14th, 2017

Los hay que no aprenden. El ansia de ganar dinero fácil les lleva a cometer un grave error y ser engañados. Como le sucedió a un señor ya mayor el jueves 24 en Ciudad Real, quien fue timado por una buena cantidad de dinero por el timo del tocomocho, tal y como pudo conocer encastillalamancha.es. Así fue la historia.

Se la pegaron bien. Porque el tonto no fue tal y el listo fue demasiado listillo. Al final, quien quería ganar un dinero fácil se tuvo que conformar con poner la correspondiente denuncia, tal y como ha podido saber encastillalamancha.es. Estamos hablando de un timo del tocomocho (que, como el de la estampita, pensábamos que solo se producían ya en las películas españolas en blanco y negro) que le pegaron a un señor mayor en Ciudad Real. Y por el que perdió la friolera de 3.000 euros.


Cara le salió la broma, desde luego.

Ésta fue la historia de un supuesto tonto y un listo. O sea, los dos timadores. El tonto se acercó al anciano (al final la única víctima de toda esta historia) y le contó que tenía unos billetes de lotería premiados, pero le puso cualquier excusa para decirle que no los podía cobrar en ese momento y que se los daba a cambio de una cantidad menor de dinero de lo que en realidad le iban a dar a él cuando fuera a cobrar el premio.

En definitiva, que se los «vendía» por menos dinero de lo que él iba a cobrar posteriormente en la administración de lotería. Todos ganaban. O eso creía la víctima. Para terminar de convencerle y en un momento de la conversación con el tonto apareció el listo. El que puso la guinda para que el timo fuera completo, el que seguro que le dijo al señor mayor que era una magnífica operación y que ambos ponían una determinada cantidad de dinero para comprar esos billetes premiados al tonto y que luego repartirían, una vez cobrado el premio, las ganancias.

Pero ahí no había ni ganancias ni nada que se le pareciera. Al menos para el anciano.

Total, que el ansia de ganar un dinero más que fácil cegó a la víctima (pensó que el tonto no sabía lo que hacía y que él se iba a aprovechar de ello) y consiguió reunir en apenas unos minutos 3.000 euros de sus ahorros. Con ellos compró unos billetes supuestamente premiados. Una vez hecha la operación, el tonto volvió a la normalidad y fue listo de nuevo. Junto a su compinche. Cuando el anciano quiso comprobar que los billetes premiados no eran tal, los otros dos ya estaban, seguro, a varios kilómetros de allí.

La víctima se quedó a cuadros, como pueden comprender.

¡Y sin 3.000 euros en apenas unos minutos!

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