El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha pedido hoy que se adopte una “medida homologable” entre el Gobierno de España y las comunidades autónomas que dé una “respuesta nacional homogénea ante el crecimiento disperso y preocupante del virus en el conjunto de España”. No se trata de la «segunda ola, porque nunca se ha ido la primera», ha añadido.
Las declaraciones del presidente de la Junta han tenido lugar en Toledo durante la presentación del plan de traslado al nuevo hospital. En ellas ha puesto de manifiesto la actual confusión de normas y medidas en las diferentes comunidades autónomas.
Utilizando la ironía, Page ha dicho que «No se sabe ya a qué hora se puede estar en Burgos o en Toledo… Vamos a acabar mareados». Y todo ello mientras la epidemia avanza en todo el territorio nacional, aunque aún no han llegado los meses más proclives para los virus respiratorios.
«Illa es una persona excepcional»
El presidente de la Junta ha explicado que esta opinión es compartida por varias comunidades autónomas y que el «Gobierno de España está asequible, no solo el ministro de Sanidad, Salvador Illa, que es es una persona excepcional», ha manifestado.
Opina que tiene que haber «un grado no solo de lealtad, sino de inteligencia, para que lo que se haga responda no a la voluntad política, sino a la determinación técnica y científica sobre la que empieza a haber bastante claridad”,
Page ha puntualizado que no habla de un nuevo «confinamiento integral en España, pero sí de lanzar un solo mensaje y una decisión nacional, que haga que las decisiones tengan eficacia, porque se aplican al conjunto del territorio y no por trozos».
«Las competencias sanitarias son de las comunidades autónomas, pero la planificación estratégica le corresponde al Estado», ha insistido.
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