Quizá El Principito no estaba tan en lo cierto cuando decía que “lo esencial es invisible a los ojos». Hay historias como las de esta “superheroína” que demuestran que una mirada puede transformar el mundo.
Los ojos de Gema Canales no son tan solo el espejo del alma de una niña de 15 años, han sido sus alas para conseguir aquello que parecía imposible: comunicarse. La historia de vida de esta toledana es un auténtico viaje de lucha y superación.
«Lo que nunca pensamos y siempre fue»… Sus ganas de comerse el mundo
Una historia marcada por una parálisis cerebral que con seis años impedía a Gema hacer uso del lenguaje oral. Un ligero movimiento de sus ojos para decir sí o no era su forma de comunicarse. Entonces, sus desafíos motores y de comunicación eran tan grandes que no tenía ninguna oportunidad para avanzar en su colegio de la localidad toledana de Olías del Rey.
Un día, hace nueve años, apareció un “ángel» a la vida de Gema. Una profe “loca”, llamada Sol Solís, que confió en que esta niña de seis años podía manejar sus ojos para algo más allá. Apostó para que gracias a un lector ocular Gema pudiera comunicarse mediante sus ojos.
Una pantalla y un comunicador con pictogramas hicieron que esta pequeña pudiera expresar aquellos que necesitaba, sin más expectativas que esas en aquel momento. Gracias a la tecnología denominada «videoculeografía«, estudiaron la pupila y los diámetros pupilares de los ojos de Gema, capaces de conectarse con la pantalla de ordenador.
La tecnología, los destellos de luz de Sol, y las ganas de comerse el mundo y el esfuerzo de Gema marcaron el camino. De la mano, trabajaron para aprender a leer y escribir y descubrieron que otra forma de hablar era posible. Los padres de esta niña, Ruth Galán y Antonio Canales, descubrieron una hija que no esperaban: divertida, llena de un humor negro, ligona… “Lo que nunca pensamos y siempre fue».
Nada de nosotros sin nosotros: la Fundación que dará voz a aquellos que no la tuvieron
Ahora poco queda de esa “pequeña” de seis años, pero mantiene clara su vocación, ser la «voz» de aquellos que nunca la tuvieron. Así nace la Fundación Gema Canales, un proyecto para que «las personas con necesidades complejas de comunicación digan lo que quieran y cuando quieran». Así lo expresaba So en la presentación que tuvo lugar en el Campus de la Fábrica de Armas de Toledo, esa profe «loca» que ahora se ha convertido es la presidenta de esta fundación.
«Escuchando tu historia y la de tantas personas que usan la tecnología para comunicarse, hemos comprendido que hacía falta esta fundación», manifestaba ante cerca de 400 personas que se acercaron a compartir la ilusión de esta joven en su nuevo proyecto.
«El mensaje que queremos mandar es que lo que ha conseguido Gema, no lo va a conseguir ella solamente, vamos a luchar porque lo consigan muchos más», aseguraba la madre de Gema. Una intención que compartía en su intervención el alcalde de Toledo, Carlos Velázquez: «Gema se ha convertido en un ejemplo para miles de personas, niños, jóvenes y mayores; un ejemplo de que los seres humanos somos capaces de lo imposible”.
También, el Gobierno de Castilla-La Mancha tendía la mano porque, según declaraba la consejera de Bienestar Social, Bárbara García Torijano, esta fundación «va en la línea marcada en Castilla-La Mancha, seguir trabajando por la calidad de vida de las personas con discapacidad. Que todos puedan realizar su vida de forma autónoma».
En este proceso, la fundación se ha marcado el propósito de llevar a cabo distintos fines: facilitar dispositivos de comunicación a niños y familias, becas de formación para dar una enseñanza individualizada y sobre todo, divulgar el derecho de la Comunicación Aumentativa y Alternativa en todos los centros e instituciones posibles.
Ha dado a luz una fundación que no solo ayudará a comprender que otras formas de comunicarnos son posibles, sino que luchará para que nadie en este mundo se quede sin el derecho a hablar.