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sábado, 27 de abril de 2024
Isabel Fernández denuncia que Turkish Airlines le rompió su silla de ruedas, valorada en 9.000 euros.
Isabel Fernández denuncia que Turkish Airlines le rompió su silla de ruedas, valorada en 9.000 euros.
"Me trataron de forma denigrante y me rompieron la silla" - 08 diciembre 2022 - Toledo

La parakateka toledana Isabel Fernández está viviendo una pesadilla con la empresa de vuelos Turkish Airlines, toda vez que en las dos veces que ha volado con ellos, en la primera ocasión le perdieron durante seis horas su silla de ruedas y en la segunda se la rompieron del todo, de tal forma que está usando una vieja que le provoca dolores y le impide entrenar. Todo pasaría por que la firma, asumiendo su responsabilidad, le comprase una nueva que cuesta 9.000 euros.

Según cuenta la propia Isabel Fernández, Turkish Airlines solo está dispuesta a darle 1.800 euros. La deportista ha interpuesto varias reclamaciones sin éxito. La empresa le da largas.


El mal sueño de Isabel Fernández con esta compañía se produjo en dos vuelos, el de vuelta del Europeo de kárate, que se celebró en Estambul, y en otro viaje de vuelta, pero este del Europeo de parapowerlifting, que tuvo lugar en Georgia en septiembre.

En el viaje de vuelta proveniente del Europeo de kárate, durante la parada en Estambul, le hicieron esperar durante seis horas a la que le diesen su silla; mientras tanto, le dieron una del aeropuerto, de hospital, que le dejaba en situación de dependencia. Si se movía sola en ella, se lesionaba. En el embarque del siguiente vuelo, la obligaron a sentarse en una silla fija al suelo, porque «les hacía falta la anterior, decían».

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«Y al pretender sentarme en la silla fija, me tiraron al suelo, fue un trato denigrante», relata. «No me gustó el trato, nos fuimos llorando de allí. Íbamos tres personas en silla. El médico de la Federación nos dijo que era inhumano» añade. Les volvieron a llevar en la silla anterior al embarque y ya en España nos dieron la nuestra», cuenta. «Te quitan tus piernas durante una escala», denuncia. Todo ocurrió en el aeropuerto de Estambul.

En el segundo viaje de vuelta…

En el segundo vuelo, el del Europeo de parapowerlifting, el viaje de ida fue bien, pero en la vuelta, de nuevo durante la escala en Estambul, no le daban su silla. En visto de lo cual se tiró al suelo del avión, diciendo que no se movía de ahí hasta que no se la dieran. «No me bajo del avión sin mi silla«, decía. Cuando desembarcó en España, se la entregaron pero rota. La silla rodaba pero mal. La dejó en la ortopedia, donde le dijeron que no tenía arreglo.

Empezó a reclamar en vano. Le daban largas. Le mentían. Puso la reclamación antes de salir del aeropuerto. Al llamar a la sede de la compañía en España le dijeron que las reclamaciones había que hacerlas desde Turquía y en inglés o en turco. Menos mal que la ayudó su hermana, que le traducía. Le pedían todo tipo de información, ella mandó todo lo que pudo. Isabel les informó de que la silla no tenía arreglo (con el chasis doblado, se puede partir en cualquier bajada) y que había que comprar una nueva, tasada en 9.000 euros.

Le contestaron que era mucho dinero y que desde España no podían hacer nada, que lo tenían que tramitar desde Estambul. «Llamaron a la ortopedia para ver si era verdad», dice Isabel, que lleva sin silla desde finales de septiembre, cuando regresó de Georgia.

Está sufriendo lesiones médicas por la silla provisional (que no tiene frenos y le está grande) que está usando, además de que se está perdiendo entrenamientos.

Isabel Fernández está moviendo el asunto en redes sociales. «Ya vuelo con miedo. ¿Voy a tener silla cuando llegue?», se pregunta ya con temor.

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